Quito, Ecuador
Este es un país situado en el Medioriente y uno gravemente azotado por la pobreza y pobreza extrema, su economía se basa en la agricultura al no poseer salida al mar. Por otro lado, posee reservas de gas que son explotadas a mediana escala por industrias norteamericanas. No obstante, es codiciado, sobre todo, por su riqueza minera, la cual se podría decir es «virgen» ya que las minas afganas han sido prácticamente inexplotadas.
Su religión es el islamismo de los cuales entre el 80 y 89% son sunníes y entre el 20 y 10% son chiítas.
Los soviéticos fueron unos de los muchos interesados en conquistar Afganistán, pues ellos descubrieron reservas de minerales tales como esmeraldas, cromo, cinc, uranio y otras de carácter hidrocarburíferas.
Históricamente, Afganistán fue uno de los últimos países en volverse al islam. Para el año 651, los sansánidas, fueron derrotados por los ejércitos árabes. No obstante los árabes se mantuvieron asediados por la resistencia, lo que impidió un control total del país y la islamización fue demasiado lenta. De hecho, Kapici -antigua región de Kbul- no fue convertida al Islam (antes eran budistas) sino hasta el siglo IX. A pesar de ello, hasta el siglo XIII, se mantenían en la región vasallos y republicanos que mantenían varios principados, aún sin lograr el objetivo total árabe. En el norte de Afganistán, samaríes, que eran iranios de Samán, consiguieron la hegemonía.
Los samaríes reclutaron a mercenarios turcos para ayudarlos en la defensa de su territorio y evitar el avance árabe. Uno de esos turcos fue Alptegin, un general mameluco originario de Balj, que luego se volvió mercenario y luego en gobernante de Gaznaví, actual Afganistán. Pero, cuando Alptegin tomó Gazni, lo volvió independiente. Sus sucesores enviaron expedicionarios con la intención de invadir y conquistar India, entre ellos Mahmud quien logró extender sus dominios hasta Isfahan. Gazni fue rival de Bagdad. Desde allí, los afganos y turcos afganizados colocaron príncipes y altos mandos a los indo-musulmanes.
No obstante, esta cultura pereció cuando Gengis Khan invadió por completo estos dominios. Así mismo sufrieron devastaciones mongoles y fueron también invadidos por el conquistador Timur Lang. Pero las guerras no terminan ahí…
Cuando Afganistán se volvió islámica, dentro quedaron los talibanes que no son más que un asambleatorio que impulsa el ‘sharia’ (la Ley Islámica).
Ahora, con el pasar de los años, y como parte de los rezagos de la Guerra Fría (tras la toma de la URSS a ciertas partes del país, más en la década de los años 70) ya que Afganistán, por influencia de la URSS se volvió socialista y este régimen (como no podía ser de otra manera) cayó en 1992 y desde entonces las células extremistas islámicas (mayormente adheridas al comunismo) buscaron el control del país y ésta prosiguió hasta el 2001 sumando al país en una guerra civil sangrienta y prolongada.
Ya enfrentados afganos y talibanes el país no tenía un horizonte claro y una amplia inestabilidad económica y política.
En ese año se enfrentaron, por un lado, el Emirato Islámico de Afganistán, gobernado por los talibanes y su insurgencia y una coalición internacional comandada por los Estados Unidos y aliados. Inglaterra y los Norteamericanos decidieron tomar el control de Afganistán tras el 11-S. Estados Unidos, legítimamente se amparó en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas sobre la legítima defensa. La idea era encontrar a líderes de Al Qaeda y a Osama bin Laden y llevarlos a juicio. Esto desató la guerra nuevamente entre talibanes y afganos que desencadenó la Guerra de Afganistán (2015 – 2021).
Finalmente, el 15 de agosto del 2021, los talibanes lograron su objetivo, terminar con los afganos y colocar al islam completamente dentro del país.
Estados Unidos y aliados han abandonado territorio afgano en medio de la zozobra y su gente espera escapar de los radicales que han amenazado con seguir juicio (masacrar es lo más adecuado) a quienes se les opusieron. El terrorismo islámico desea, nuevamente, tomarse occidente, como en tiempos de Saladino, desatando todo el poder del yihad.
¡El mundo, absorto, espera un terrible porvenir luego de una guerra de conquistas, de fuerzas radicales y republicanas y de religión que culmina, prácticamente desde que Afganistán se volvió islamista, cuya realidad se evidenció hacía 1360 años!
