La cuarta ola de la pandemia cobra fuerza en Alemania

Manifestaciones contra las restricciones por el coronavirus en la ciudad de Stuttgart, Alemania. Uno de los manifestantes lleva un cartel con el mensaje "los derechos básicos no pueden ser removidos y restaurados arbitrariamente". EFE/EPA/SASCHA STEINBACH

La cuarta ola de la pandemia cobra fuerza en Alemania, con los nuevos positivos en crecimiento exponencial, el ritmo de vacunación en claro retroceso y renovadas polémicas en torno a las restricciones y la inmunización de menores.

El Instituto Robert Koch (RKI) de virología comunicó este sábado 8.092 nuevas infecciones en las 24 horas previas (un 43 % más que el sábado anterior) y 17 muertes con o por COVID-19. La incidencia acumulada en siete días se incrementó hasta los 51,6 casos por cada 100.000 habitantes (frente al 32,7 de hace una semana).

Por primera vez desde el 26 de mayo, la media nacional de la incidencia acumulada en siete días superó la barrera de los 50, una cifra a partir de la cual en las olas anteriores se habían aplicado restricciones en Alemania al considerarse que la epidemia empezaba a estar fuera de control.

En esta ocasión el avance de la campaña de vacunación y también el hartazgo social -tras el período de fuertes restricciones entre noviembre y junio- han hecho que la situación sea diferente, aunque el RKI ha confirmado que la cuarta ola ya ha empezado en el país.

Según el Ministerio alemán de Sanidad, un 63,9 % de la población (53,2 millones de personas) ha recibido al menos una dosis de la vacuna, mientras que al 58,8 % (48,9 millones) se le ha administrado ya la pauta completa.

Sin embargo, el Gobierno alemán y los expertos han alertado sobre la evolución de la campaña, porque en las últimas semanas se ha ralentizado de forma notable el ritmo de inyecciones diarias y de nuevos inmunizados.

En los últimos 31 días sólo en ocho ocasiones se ha superado el medio millón de dosis diarias, cuando en mayo y en junio se llegaron a subir de los 1,4 millones en una sola jornada.

El semanario «Der Spiegel» publica en su presente edición que los estados federados han acumulado ya casi tres millones de dosis que la población no demanda, en su mayoría de la farmacéutica AstraZeneca.

Las cifras en las ucis también están subiendo en Alemania, pero de una forma mucho más moderada. Según el registro DIVI que elabora el sector, 681 personas con covid se encuentran actualmente en cuidados intensivos, el 90 % de los cuales corresponde a personas no vacunadas.

Vacunación y restricciones

En esta situación resurge la incertidumbre y, de su mano, los debates sobre cómo afrontar la cuarta ola, que va a coincidir con la llegada de los meses fríos, temperaturas en principio más favorables para el Sars-CoV2.

La posibilidad de una tercera dosis para personas especialmente vulnerables está empezando a extenderse por varios estados federados, pese a las dudas de mucho expertos que consideran innecesario este paso para una gran mayoría de la población.

Mientras, el debate público gira especialmente en torno a las posibles restricciones en Alemania si se agudiza la cuarta ola y, sobre todo, en torno a quienes las sufrirán y con qué criterios se establecerán.

El Gobierno federal y los «Länder» han incrementado en este sentido la presión sobre los no vacunados, acordando que sea necesario presentar test de antígenos para muchas actividades en interiores y que estas pruebas, además, dejen de ser gratuitas a partir del 11 de octubre para quienes no se hayan inmunizado.

El ministro de Sanidad, Jens Spahn, señaló este viernes que no serán necesarias nuevas restricciones este otoño para los vacunados, dejando entrever que de establecerse limitaciones serían sólo para quienes no se hayan inmunizado.

Incluso ha generado controversia en ciertos sectores la decisión de la Comisión Permanente de Vacunación (Stiko) de recomendar la vacuna contra la covid también para personas entre 12 y 16 años.

Se ha apuntado que los menores no necesitan en general ser vacunados y que la decisión responde en parte a la presión del Gobierno alemán, consciente de que sin este sector de edad la inmunidad de grupo -que el propio Ejecutivo ha situado en torno al 85 % de la población general- quedará lejos.

Además, se han criticado desde algunas instancias las iniciativas que están llevando puestos móviles de vacunación a los colegios, al considerar que presionan a los menores que prefieren no vacunarse. EFE (I)

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