Migración masiva desde Nicaragua dificulta elecciones transparentes

Daniel Ortega en mensaje a la nación de Nicaragua. Imagen tomada de @JorgeAgobian.

El observatorio independiente Urnas Abiertas informó este viernes que la oleada de nicaragüenses que han decidido migrar de Nicaragua hacia otros países resta condiciones para las elecciones del 7 de noviembre próximo, en las que el presidente Daniel Ortega busca su tercera reelección consecutiva.

«La violencia política y la persecución judicial ha generado una nueva ola de desplazamiento y migración forzada, y también un absoluto rechazo internacional al Gobierno de Nicaragua (…), esta situación desemboca en un proceso sin condiciones mínimas para ser justo, creíble, legítimo, transparente y libre», señaló Urnas Abiertas, en una cronología sobre incidentes políticos.

Organizaciones como Nicaragüenses en el Exterior (NEEM) o la Iglesia Católica han señalado que la oleada de personas que buscan salir de Nicaragua, una parte huyendo de la cascada de arrestos en contra de opositores, se han vuelto a incrementar conforme se acerca el día de las elecciones.

«La estrategia represiva ha tenido por objetivo eliminar la competencia electoral, utilizando especialmente el derecho penal del enemigo», resaltó Urnas Abiertas.

Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), desde el estallido social de 2018 hasta 2020 más de 108.000 personas abandonaron su Nicaragua como producto de la crisis sociopolítica.

En informes anteriores Urnas Abiertas señaló otros elementos que restan condiciones para las próximas elecciones de Nicaragua, como el establecimiento de leyes restrictivas, el nombramiento de jueces electorales afines a Ortega, la eliminación de partidos de oposición, o el arresto de 35 líderes opositores y profesionales, incluyendo siete aspirantes a la Presidencia por la disidencia.

En noviembre Ortega buscará su tercera reelección consecutiva, para un cuarto mandato de cinco años y segundo con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.

Ortega además se jugará 42 años de primacía casi absoluta sobre la política de Nicaragua, que inició con su primera etapa como presidente, entre 1979 y 1990. EFE (I)

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