Masacre en las cárceles

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

En noviembre de 2007, Rafael Correa crea el Ministerio de Justicia. Entre sus principales funciones estaban la rectoría del sistema penitenciario del país, antes en manos del Ministerio de Gobierno; además, debía: “Vigilar que el sistema penitenciario del país no entre en crisis por la sobrepoblación y de llevar el registro estadístico de los internos en los diversos centros de rehabilitación social”.

En noviembre de 2018, Lenin Moreno elimina el Ministerio de Justicia y crea el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI). Se establece que este organismo ejercerá todas las atribuciones sobre rehabilitación, reinserción, seguridad, indultos, conmutación o rebaja de penas y medidas cautelares para personas adultas privadas de la libertad.

Algunas voces autorizadas, rechazaron la eliminación de este ministerio, considerando que los problemas dentro de las cárceles no se habían resuelto, por lo que al desaparecer el ministerio la situación podría agravarse.

El órgano rector del SNAI es el Directorio del Organismo Técnico, el mismo que está presidido por un delegado del presidente de la República y conformado por las máximas autoridades, o sus delegados de Derechos humanos; Salud pública; Trabajo o Relaciones laborales; Educación; Inclusión económica y social; Cultura; Deporte; y, Defensoría del Pueblo. El Director del SNAI, oficia como secretario.

Entre otras, las atribuciones del Directorio del Organismo Técnico, son: 1. Ejercer la rectoría, regulación, planificación y coordinación del Sistema Nacional de Rehabilitación Social; 2. Definir y evaluar la política pública del Sistema Nacional de Rehabilitación Social para garantizar el cumplimiento de sus fines y prevenir todo tipo de tortura, trato cruel, inhumano y degradante; 3. Aprobar las normas, regulaciones y planes necesarios para garantizar el funcionamiento del Sistema Nacional de Rehabilitación Social.

Visto así parecería que el sistema carcelario marchaba eficientemente, pero la realidad es otra, se ha manejado a palo de ciego y no ha habido una política definida; la responsabilidad primero la tenía el Ministerio de Gobierno, posteriormente el desaparecido de Justicia y ahora el conocido por el acrónimo de SNAI, que tiene personería jurídica.

Las terribles masacres en los centros carcelarios han sido recurrentes, la sobrepoblación, el hacinamiento y la aparición de peligrosísimas bandas criminales auspiciadas por los carteles del narcotráfico, son apenas la punta del iceberg, pero hay más, de los cerca de 40 mil privados de libertad, el 93% son hombres y 7% mujeres; del porcentaje de hombres el 78% fluctúa entre 18 y 32 años, es decir en edad económicamente productiva.

15.119, es decir el 38.85% están procesados de manera judicial, es decir no tiene sentencia. Vale la pena señalar, del total de detenidos, 10.524 están relacionados con el narcotráfico; además, existen 3.330 internos extranjeros.

Otro de los problemas, son los Guías Penitenciarios, de acuerdo a estándares internacionales, debe haber 1 guía por cada 10 presos, la realidad es que hay 1 por cada 26, el déficit es del 65%.

Cabe señalar que los policías, prácticamente están en la indefensión, no hay un respaldo jurídico que les permita utilizar sus armas en el momento oportuno, varios policías han sido enjuiciados, incluso han ido a para a las cárceles. En la Asamblea, duerme el sueño de los justos, por más de 3 años, el Código Orgánico de la Seguridad del Estado, que contiene, el Sistema de Seguridad Ciudadana y Orden Público, y el Sistema de Inteligencia.

Qué hacer es la pregunta del millón.

Obligar a los jueces que resuelvan el alto porcentaje de presos sin sentencia (desgraciadamente todo está tarifado); repatriar a los presos extranjeros; crear una verdadera escuela de guías penitenciarios, escogiendo entre los mejores jóvenes -hombres y mujeres- que finalizan el servicio militar, asignar un presupuesto adecuado, nombrar directivos que conozcan del tema y que tengan estabilidad; que funcione realmente el Organismo Técnico del SNAI, pedir ayuda internacional; el resto es carpintería.

Penitenciaría del Litoral.

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