El viaje a China

Hernán Pérez Loose

Guayaquil, Ecuador

El viaje del presidente Guillermo Lasso a China es de crucial importancia para nuestro país.

El gigante asiático es en muchos aspectos la segunda potencia económica del mundo. Ha implantado un sistema capitalista de corte político en su economía que le ha facilitado expandir su influencia en el mundo de forma acelerada. Aunque no hay certeza hasta cuándo la sociedad china continuará sacrificando sus libertades políticas a cambio de los beneficios económicos que le provee ese modelo capitalista, lo cierto es que hoy difícilmente puede Beijing ser ignorada. Especialmente por el Ecuador.

China es un socio comercial importante para el Ecuador. Su presencia en el sector petrolero y, en general, en la construcción de infraestructura es significativa. Al igual de lo que sucede con los Estados Unidos, es en nuestro interés celebrar convenios de comercio y de inversiones con tan importante actor económico. Pero, sobre todo, lo que nos urge es replantear la relación económica con Beijing.

Lamentablemente los términos de esa relación fueron negociados durante la dictadura correísta en las condiciones más perjudiciales para el Estado ecuatoriano. Renegociar dichas condiciones no será fácil para el presidente Lasso y su equipo. No será de extrañarse que muchas de las condiciones que supuestamente nos fueron impuestas por China, en realidad hayan sido solicitadas por los propios correístas.

Tal es el caso con las famosas “cláusulas secretas” en los contratos de préstamos garantizados con petróleo. Como se ha demostrado, el sistema de comercialización del crudo para pagar dichos préstamos ha significado un drenaje de dólares impresionante. ¿A quién convenía y conviene que dichas cláusulas sean secretas? ¿Qué nombres se ocultan detrás de esa reserva?

Otro escollo lo representa la tasa de interés de los préstamos. En vez de recurrir al Fondo Monetario Internacional, que da financiamiento a sus miembros a plazos de diez años y tasas del 2 %, el inepto de Correa optó por endeudarse con China a la mitad de ese plazo y al triple de esa tasa. No será fácil para el presidente Lasso convencer a su contraparte china de que se revisen estas condiciones. ¿Qué incentivos tiene China para hacernos concesiones si fueron los propios ecuatorianos los que las aceptaron en su momento?

En vista de la escasa significancia que para la economía china tienen estas y otras renegociaciones (el caso de la pesca en las Galápagos y la central Coca Codo Sinclair son otros ejemplos de temas complicados…), probablemente la política del líder chino Xi Jinping abra una oportunidad para recomponer las reglas del juego en nuestra relación con ese país.

En efecto, hay un marcado interés en Beijing por hacer de China un líder condescendiente con las naciones en desarrollo como la nuestra. Es probable que comprendan los líderes chinos que nuestro país no tiene por qué cargar con la corrupción e ineptitud del correísmo, y que el Ecuador ha comenzado a anteponer su interés nacional en su política exterior, tal como lo dicta la regla más antigua de las relaciones internacionales.

China seguirá jugando un papel importante en nuestra economía. Pero nos toca a los ecuatorianos crear condiciones institucionales de transparencia, eficiencia y seguridad jurídica para aprovechar al máximo los beneficios de esa presencia. (O)

REFERENCIA | Asamblea general del Partido Comunista Chino.

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