Dictadura indoamericana

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

La historia se repite, igual que en octubre de 2019 con el pretexto de reclamar por la eliminación de los subsidios a los combustibles y otras demandas, amparados en el derecho a la resistencia se cometieron actos que lindan con la subversión y el terrorismo, ahora es exactamente igual: los manifestantes se detuvieron en el camino para saquear empresas florícolas y lecheras, agredir y secuestrar a policías, utilizar armas artesanales, intento de saqueos, destrucción de vehículos policiales, ataque a instalaciones petroleras, cierre de vías, etc.

La decisión del gobierno de ordenar la captura de Leonidas Iza responsable de estos actos vandálicos, con estricto apego a la ley, es ejercer legítimamente la autoridad que le confiere la Constitución y las leyes de nuestro país. No sancionar con el rigor de la ley a los responsables que violan las leyes, dejaría precedentes nefastos, los responsables quedarían en la impunidad y con seguridad volverán a repetir sus acciones vandálicas.

Las autoridades civiles y militares están en la obligación de garantizar la seguridad de la ciudadanía y de sus bienes, frente a las funestas pretensiones de sembrar el caos y desestabilizar el estado de derecho. El país exige sanción a los responsables de la violencia criminal y de los actos desestabilizadores del orden constituido.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP), establece en su “Artículo 346.- Paralización de un servicio público.- La persona que impida, entorpezca o paralice la normal prestación de un servicio público o se resista violentamente al restablecimiento del mismo; o, se tome por fuerza un edificio o instalación pública, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.

Es importante señalar que el libro titulado: Estallido. La rebelión de octubre, uno de los autores es Leonardo Iza, presidente de la CONAIE, admirador y fiel seguidor de la doctrina mariateguista y convencido que se debe implantar en el Ecuador la dictadura indoamericana. El pensamiento mariateguista influyó en la creación del partido comunista peruano y más tarde en los miembros de la demencial organización terrorista Sendero Luminoso que sembró de sangre  el Perú en la década de terror de los ochenta y que ahora ha tomado como referente la dirigencia más radical de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

Si hay algo que agradecer a Estallido, es que en ese libro se hace formalmente público por primera vez el ideario y el proyecto del mariateguismo, es decir el comunismo maoísta; doctrina radical que anima a aquella parte de la militancia y de la dirigencia del movimiento indígena que provocó la violencia durante la insurrección de octubre de 2019 y al no haber sido sancionados los responsables, quedaron en la impunidad y vuelven a repetir los actos vandálicos; incluso ellos saben que si son sancionados tienen la garantía que serán amnistiados.  

“Gracias a la publicación de Estallido quedan en claro algunas cosas. Por ejemplo, que mientras los mariáteguis y Leonidas Iza mantengan influencia sobre la dirigencia y las bases indígenas, la idea de hacer una revolución para imponer un sistema comunista y una civilización anticapitalista será la prioridad del movimiento. Además, que nadie dude que para este grupo, el fin justifica los medios. ‘La luz al final de túnel proviene de la afirmación creída, buscada e impostergable: comunismo indoamericano o barbarie’. Lo dice con claridad meridiana y énfasis mesiánico”.

El actual asambleísta Salvador Quishpe debería volver a repetir lo que el día sábado 12 de octubre de 2019 declaró en una entrevista radiofónica: “A esta altura del tiempo me temo que la movilización no está bajo el control del movimiento indígena, está bajo el control del correísmo”.

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