Los “momentos” de la democracia

Ricardo Noboa

Guayaquil, Ecuador

“Nosotros lo haremos cuando lleguemos”.  Don Marcel Laniado de Wind, presidente del Consejo de Modernización Conam el año 1.994 había recibido el encargo del Presidente Durán Ballén de liderar el proceso de modernización de las telecomunicaciones. Para eso era necesario modificar la ley. El Congreso de aquella época negó el proyecto.

En aquellos días un periodista me confesó que, preguntado un diputado sobre las reales razones para negarlo, recibió “off the récords” esta respuesta: “lo haremos al llegar”.  El país importaba un bledo. El “momento” se daría “cuando seamos gobierno”.  Así, el Ecuador ha ido perdiendo oportunidades a lo largo de su historia.

Gustavo Noboa presentó al Congreso del año 2001 un proyecto de reforma política. El Congreso la archivó sin debatirla. Ya en la época actual, la iniciativa ciudadana agrupada en el “Comité por la institucionalización democrática” recogió más de 300.000 firmas para la reforma constitucional. La reforma fracasó cuando la Asamblea Nacional, en mayo de 2021 negó y archivó la propuesta.

Hace pocos días, cuando el gobierno anunció una consulta popular para plantearle al pueblo varias preguntas, un conocido periodista dijo en una emisora: “no es el momento”. Y así, porque nunca es el momento para nada, el país “del no” ha ido perdiendo oportunidades desde hace décadas.

La última fue la posibilidad de una reforma laboral, indispensable para generar empleo.  Salvo la consulta popular liderada por el ex Presidente Moreno en febrero de 2018 y que permitió eliminar la reelección indefinida y reestructuró el Consejo de Participación Ciudadana, el país ha vivido bloqueos permanentes a la reforma política, pues los partidos no quieren perder sus privilegios y se desenvuelven como pez en el agua con el actual statu quo. 

Una consulta popular es necesaria. Permitir, por ejemplo,  a los Municipios colaborar en temas de seguridad pública, como ocurre en Barcelona con la “Guardia Urbana” y los “Mozos de Escuadra”; facultar a las Fuerzas Armadas a colaborar con la policía en la lucha contra el crimen organizado a solicitud de esta última y no solamente a través de estados de excepción; eliminar las facultades nominadoras del CPCCS dados los magros resultados obtenidos en los nombramientos de los últimos años; reducir el número de asambleístas y mejorar la distribución regional; elegirlos en segunda vuelta electoral; regular la creación de partidos y movimientos políticos, ya que hoy existen más de 200 en el país, la mayoría de los cuales carece de representatividad; o, instaurar el voto voluntario, pues el voto es un derecho y no debe ser una obligación, como es en Colombia para citar un ejemplo vecino.  

Pienso que el país vería con buenos ojos una consulta sobre temas como estos, que mejorarían tanto la seguridad ciudadana como la calidad de la democracia, hoy representada por Asambleas y Cortes de justicia sin ninguna credibilidad, con las excepciones de rigor.  

“Siempre es momento, pero nunca es momento”.  Ese parece ser el eterno laberinto de la política ecuatoriana. Como el gatopardo. Siempre, porque es necesario reformar esta escuálida democracia. Nunca porque todos los partidos se oponen a perder control, o porque los encuestadores le meten miedo al gobierno de turno dado que una derrota en la consulta se puede interpretar como una derrota del gobierno.

En Suiza, el mejor ejemplo de democracia directa, los ciudadanos van cuatro veces al año a las urnas a contestar preguntas sobre la vida del país. Acá la democracia directa está proscrita: bien por los candados que puso Montecristi, bien porque “no es el momento”. 

Ya es hora de perder el miedo y, si se va a una consulta hay que explicarla bien y tocar temas trascendentes. A lo mejor el pueblo y no los partidos le dan al país las respuestas que se necesitan. Como ocurrió en la consulta del 2018. 

ARCHIVO | MONTECRISTI – ECUADOR (06-01-2018). El ex Presidente Rafael Correa presenta en la Plaza Cívica de Montecristi la campaña política por el No en la Consulta Popular. API FOTO / ARIEL OCHOA

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