El Gobierno alemán quiere no solamente reducir los obstáculos legales para la naturalización, sino también promover activamente la ciudadanía alemana entre los extranjeros que llevan más tiempo viviendo en Alemania.
Así lo anunciaron hoy en Berlín el canciller Olaf Scholz y su correligionaria socialdemócrata, la Comisaria del Gobierno Federal para la Integración, Reem Alabali-Radovan, en un acto titulado «Alemania. País de inmigración. Diálogo para la participación y el respeto».
La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser (también del SPD), dijo que para ella personalmente era importante simplificar la naturalización de las personas de la primera generación de trabajadores extranjeros de la República Federal de Alemania. Dijo que también era una cuestión de justicia.
Faeser llamó a las opositores democristianos a aterrizar «por fin en el siglo XXI» y aceptar que quienes nacieron fuera de la Unión Europea puedan obtener la doble nacionalidad así como la reducción de ocho a cinco años del periodo mínimo de residencia para adoptar la ciudadanía alemana.
Se trata de «eliminar el último polvo de la época imperial de la ley de naturalización», explicó, por su parte, Alabali-Radovan.
Scholz argumentó que «una democracia se nutre de la oportunidad de opinar» y que por ello es importante que no haya grandes diferencias entre la población y el electorado.
También criticó la actual normativa, que exige a los ciudadanos de países extracomunitarios como a los de la minoría turca a renunciar a su propia ciudadanía si obtienen la alemana. «Nunca entendí por qué insistimos en ello».
El mandatario recordó que durante su gestión como alcalde de la ciudad-Estado de Hamburgo se solía emocionar en las ceremonias de naturalización. dpa