El humo de los incendios canadienses llega a Europa

Jerelle Beckford de Brooklyn, Nueva York, juega baloncesto mientras los edificios en el bajo Manhattan se ven a través del humo que llena el aire de los incendios forestales que arden en Canadá, en el distrito de Brooklyn de Nueva York, Nueva York, EE. UU., 07 de junio de 2023. Toda la ciudad de Nueva York se encuentra bajo una alerta de calidad del aire como resultado del humo, que está afectando a gran parte del noreste de los Estados Unidos. (Baloncesto, Incendio, Estados Unidos, Nueva York) EFE/EPA/JUSTIN LANE

El humo de los más de cien incendios que arrasan los bosques canadienses pasó por España y llegó a Italia, pero no se espera que tenga un impacto significativo sobre la calidad del aire en superficie en Europa, según el Servicio de Vigilancia Atmosférica (CAMS) de Copernicus.

El humo procedente de los fuegos forestales de Canadá llegó el lunes al noroeste de España y Portugal, pasó por Madrid, este miércoles cubrió la mayor parte de la península y también llegó al archipiélago atlántico español de las islas Canarias.

Estas partículas en suspensión velaron el cielo en distintos puntos de España, en regiones como Galicia, Extremadura, Andalucía o Madrid, e incluso se adentraron en el Mediterráneo, hasta llegar a Italia.

Así lo explicó este miércoles la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) -organismo público español que ofrece servicios meteorológicos- desde su cuenta de Twitter, en una publicación en la que apuntó además que este fenómeno pudo hacer que las temperaturas registradas el martes en el país “fuesen ligeramente inferiores a las previstas”.

“Lo que sucede en determinadas zonas del planeta puede acabar notándose en lugares muy distantes”, destacó el lunes la Aemet en otro tuit en el que compartía una imagen de satélite donde se señalaba cómo “el humo de los incendios de Canadá» alcanzaba la península ibérica.

Este miércoles, en el archipiélago de las Canarias se sumaron dos episodios que responden al desplazamiento de masas de partículas en suspensión: por un lado, los aerosoles generados por las quemas canadienses y, por otro, la calima en la que están inmersas las islas.

El Gobierno regional canario, con la competencia sobre la calidad del aire, trata de determinar qué proporción hay de aerosoles desérticos generados por la calima y qué proporción hay de partículas vinculadas a los incendios canadienses.

Crisis climática

Según CAMS, el nuevo aumento de la intensidad de los incendios forestales en Canadá hacia finales de la semana pasada, provocó a nivel mundial un episodio «especialmente importante de desplazamiento de humo a gran distancia a través del Atlántico Norte», que llegó a Europa.

Los especialistas de este servicio precisaron que “un desplazamiento de humo a larga distancia como el de este episodio tiende a producirse a mayor altitud, donde la permanencia de los contaminantes de la atmósfera es más prolongada y cuya manifestación suele ser en forma de cielos brumosos con puestas de sol rojizas o anaranjadas”, por lo que “no se espera que el desplazamiento de humo previsto tenga un impacto significativo en la calidad del aire en superficie”.

El país norteamericano registra su peor temporada de incendios forestales de la historia, con unos 76 000 kilómetros cuadrados quemados en el este y el oeste; una superficie calcinada mayor que la combinada de 2016, 2019, 2020 y 2022, según el Centro Interinstitucional Canadiense contra Incendios Forestales.

Las autoridades canadienses apuntaron directamente a la crisis climática como responsable del elevado número de incendios, así como de sus dimensiones.

El incendio Donnie Creek, el más grande de la historia de Columbia Británica en Canadá, ha destruido cerca de 575 000 hectáreas de bosque, una dimensión que ha llevado a los responsables de los servicios de extinción de la provincia a desistir de seguir combatiendo el fuego y confían en que se extinguirá en el invierno con la llegada de lluvia y nieve. EFE (I)

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