Siria, estrecha aliada de Rusia y acusada de utilizar municiones en racimo durante su guerra civil, cargó hoy contra la «peligrosa» decisión estadounidense de proporcionar bombas de racimo a Ucrania por ir en contra de las convenciones internacionales en la materia.
En un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias siria SANA, el Ministerio de Exteriores del país árabe calificó de «peligrosa» la medida anunciada por Washington la semana pasada y alertó de que «viola las convenciones internacionales y advertencias de la ONU» contra el uso de estas armas.
Estados Unidos anunció el viernes pasado que enviará bombas de racimo a Ucrania como parte de su nuevo paquete de ayuda militar, una decisión, que según dijo el presidente, Joe Biden, en una entrevista en la CNN, fue «difícil» pero necesaria, ya que «los ucranianos se están quedando sin munición».
Biden añadió que no es una decisión permanente, sino que estará en vigor mientras el país asegura un suministro suficiente de artillería de 155 milímetros.
El departamento gubernamental sirio también criticó en general todo envío de armas a Ucrania «por parte de la administración estadounidense y de algunos de sus aliados occidentales», un apoyo a Kiev que a su juicio «pretende incrementar las muertes y la destrucción», según recoge SANA.
Las bombas de racimo han sido prohibidas por más de un centenar de países debido al riesgo de que produzcan daños a civiles, ya que un número importante de los subproyectiles que sueltan no explotan, por lo que pueden quedar enterrados en el suelo y ser accionados mucho después de que termine un conflicto.
En diversas ocasiones, organizaciones por los derechos humanos han acusado a las fuerzas sirias y rusas, que desde 2015 intervienen militarmente en el país árabe para apoyar a Damasco en el conflicto, de utilizar municiones de racimo pese a las advertencias sobre sus peligros. EFE (I)