Casi medio siglo y medio después de la histórica hazaña del alunizaje humano, la ciencia se embarca en la emocionante misión de desvelar los misterios de nuestro satélite más cercano. Este hito se hizo realidad esta mañana con el exitoso lanzamiento del cohete Vulcan, transportando el módulo de investigación Peregrine, cuyo aterrizaje en la Luna está programado para el 23 de febrero.
Bill Nelson, administrador de la NASA, enfatizó la magnitud de este logro al declarar: «Estamos dando un paso de gigante para la humanidad, preparándonos para regresar a la superficie lunar después de más de 50 años«. El cohete, lanzado desde Cabo Cañaveral (Florida) por la empresa estadounidense United Launch Alliance (ULA), marcó el inicio de un viaje de 46 días para el módulo Peregrine, fabricado por la empresa Astrobotic.
El Peregrine, encargado por la NASA a Astrobotic Technology por 108 millones de dólares, llevará a cabo investigaciones cruciales en la región designada en la cara oculta de la Luna, conocida como ‘Sinus Viscositatis’ o bahía pegajosa. Si tiene éxito, será la primera vez que Estados Unidos aterrice en la Luna desde 1972.
Este módulo transporta instrumentos científicos de la NASA como parte de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS), cuyo objetivo es estudiar la exosfera lunar, las propiedades térmicas del regolito lunar, la presencia de hidrógeno en el suelo lunar y monitorear el entorno de radiación. Estas misiones, incluida una mexicana, contribuirán a comprender los procesos planetarios, buscar indicios de agua y otros recursos, y respaldar la exploración humana sostenible.
Bill Nelson destacó la importancia de estas misiones de alto riesgo no solo para la ciencia lunar, sino también para impulsar la creciente economía espacial comercial en el marco del programa Artemis. Colaborando con países como Estados Unidos, Europa y Japón, la NASA busca llevar a «la primera mujer y el próximo hombre» a la Luna, fomentando descubrimientos científicos y tecnológicos, así como el crecimiento de la economía espacial.
Este lanzamiento también destaca el compromiso del sector privado con la exploración espacial y la economía espacial. La empresa United Launch Alliance (ULA), promovida por Boeing y Lockheed Martin en 2006, demuestra su participación en proyectos como el Proyecto Kuiper, una constelación de satélites que ofrecerá internet rápido y asequible a nivel mundial.
John Thornton, CEO de Astrobotic, expresó su entusiasmo diciendo: «Es un sueño, estamos en camino a la Luna». Con estos avances, la humanidad se acerca aún más a descubrir los secretos de nuestro vecino espacial más cercano. EFE