
Un total de 21 árbitros han testificado ante la Guardia Civil en relación con el ‘caso Negreira’, revelando aspectos hasta ahora desconocidos sobre las operaciones del histórico número dos arbitral. El diario EL MUNDO tuvo acceso a todas las declaraciones, donde colegiados como José Luis González González afirmaron de manera contundente que el FC Barcelona contrató al número dos de los árbitros «con el objetivo de obtener algún beneficio deportivo».
González González, quien ejerció como árbitro entre 1988 y 2020 antes de pasar al VAR, fue interrogado para explicar por qué el club catalán pagó a José María Enríquez Negreira y a su hijo. Expresó la creencia de que el Barcelona buscaba obtener beneficios deportivos, sugiriendo que José María convencía al club de que tenía influencia sobre los árbitros.
Este experimentado árbitro también afirmó que tanto Negreira padre como su hijo se aprovecharon de la posición del primero como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) para obtener beneficios económicos compartidos con miembros del actual club presidido por Joan Laporta.
González González descalificó los informes de asesoría arbitral elaborados por Negreira Jr. para el FC Barcelona, considerándolos como trámites para justificar los pagos de 8 millones de euros durante dos décadas al número dos de Victoriano Sánchez Arminio. Afirmó que estos informes eran inútiles y que la opinión general entre los árbitros es que Enríquez Negreira se asoció con directivos del FC Barcelona para beneficiarse personalmente de esos pagos.
Todos los árbitros que declararon ante la Guardia Civil coinciden en que Negreira tenía poder e influencia en el CTA, siendo responsable de ascensos y descensos de categorías. Lo describen como un individuo «extraño» que no se relacionaba con cualquier colegiado, y algunos señalan que la directiva arbitral durante su mandato castigaba a los críticos dentro del gremio.
Otros colegiados, como José María Sánchez Santos, concuerdan en que los pagos del Barcelona a la familia Negreira dañan la imagen del arbitraje, indicando que el club creía que estas contrataciones podrían influir en las decisiones arbitrales. Sin embargo, ninguno de los árbitros que testificaron admite haber alterado los resultados de algún encuentro por indicación de Negreira, quien fue la mano derecha de Sánchez Arminio hasta 2018.
En general, se destaca que un vicepresidente tiene influencia dentro del CTA y que las decisiones suelen tomarse de manera colegiada, ya que los vicepresidentes mantienen un contacto constante con el presidente. Algunos árbitros sugieren que el CTA ha evolucionado hacia un enfoque más democrático, pero antes, pocos se atrevían a quejarse o sugerir algo. Además, se comenta en el colectivo que contratar al hijo de Negreira para labores de coaching podía influir favorablemente en los ascensos debido a la relación cercana entre padre e hijo.
