Las pandillas y su relación con el narcotráfico en el Ecuador

Alexandra Zumárraga Ramírez

Quito, Ecuador

Las pandillas, entendidas como agrupaciones de jóvenes con modos de vida alternos a las normas sociales convencionales, al margen de la ley; son consideradas como uno de los modos de violencia que afecta a las sociedades latinoamericanas contemporáneas. Sin embargo, no son un fenómeno nuevo.

Según Rodgers, estas formas de agrupaciones ya se venían dando desde el siglo XIX, en las ciudades portuarias de Brasil. Algunos autores mexicanos, como Octavio Paz, también describen en sus obras a los “pachucos” como grupos de mexicanos marginados y empobrecidos en la frontera con Estados Unidos, quienes empezaron a tener un dialecto espacial: una mezcla de español e inglés y palabras inventadas, e incluso llevan una vestimenta que los identificaba como un colectivo que al mismo tiempo fue rechazado por ambas culturas: mexicana y estadounidense.

La sociedad moderna y sus falencias institucionales en la educación y la familia llevó a que sus miembros reescriban el orden “natural” y en las dinámicas de agrupación socio-económica y culturales que se dieron antes de los procesos de migración masiva ocasionados por la Segunda Guerra Mundial, y; en otros casos, por guerras civiles de cada país.

En consecuencia, “la pandilla se convierte en el sustituto institucional que construye el joven para ser parte de la vida cotidiana: es un mecanismo frente a la escasa libertad que tiene en el espacio privado-doméstico, que lo obliga a disputar el espacio público que le es esquivo”.

En el Ecuador se empieza a hablar de las pandillas como un “problema social” a inicios de los años 80; pero no es hasta el año 2003 que aparecen cifras reales obtenidas por la DINAPEN (Dirección Nacional de la Policía Especializada de Niños/as y Adolescentes)

Pandillas y naciones

En Guayaquil, se estima que en el año 2002, 65.000 jóvenes, hombres y mujeres, serían parte de una pandilla o nación. El término “nación” puede ser nuevo para algunos lectores. y quisiera diferenciarla con lo que se conoce con una pandilla. Las pandillas pueden tener algunas veces un carácter efímero: su estructura organizativa no es clara, no existen reglas ni propósitos específicos. Esta palabra que ha adquirido una connotación negativa a través del tiempo hace referencia a la agrupación de jóvenes que se reúnen para realizar actividades de toda índole, deportivas, culturales, etcétera; pero que también están relacionados a actos violetos e ilícitos.

Por otro lado, el rasgo que define a una nación es su estructura y organización jerárquica claramente definida, sus lazos transnacionales (miembros que han migrado y han implantado su ideología en otros países), su gran número de miembros, simbología, uso de vestimenta y colores que los distingue, reglas de comportamiento y estrictos castigos.

Los miembros de una nación deben pasar por etapas de aprobación o pruebas que demuestren su lealtad; de esta manera sus miembros van ascendiendo en rangos y antigüedad. Se conocen de bautizos o rituales de iniciación para el ingreso a la nación que puede ir desde una golpiza por miembros de la nación hasta ingresar a un territorio enemigo como prueba de su valentía, entre otros.

Entre las naciones existen fiestas conmemorativas en los días especiales según sus costumbres; también utilizan rezos, collares e insignias (señales que hacen con las manos) que los consideran sagrados y que solo pueden ser usados por las personas que tienen un rango determinado.

Es conocido que algunas naciones “marcan” a sus miembros, esta marca puede consistir en un tatuaje o cicatriz en algún lugar del cuerpo para poder diferenciar a la persona para el resto de su vida como parte de una nación específica. Las personas que se las conoce como “excluidas” son aquellas que por alguna falta grave han sido expulsadas de una nación y no pueden ingresar por ningún motivo a otra.

Cada miembro de la una nación debe hacer un aporte monetario para los fondos de ésta, según lo estipulen sus reglas. Si estas naciones se han mantenido durante el tiempo es porque se han visto a si mismas como una familia o un sustituto de ella: “se puede concluir que una familia disfuncional es en gran parte la razón para que un joven se sienta atraído a la vida en una pandilla (…) la falta de integración social en la familia biológica de un joven puede causar la necesidad de socialización en la calle.”

En Ecuador existe presencia de algunas naciones desde principio de los años 1990: Latin King, Ñetas, Vatos Locos; son las principales y las que están presentes hasta la actualidad. La nación más numerosa y mejor organizada internacionalmente es la de los “Latin Kings, cuyo origen se da en Chicago alrededor de los años 40, formada por latinos migrantes, quienes en un inicio se organizaron para mejorar su situación de marginalidad social; aunque luego casi todos sus líderes estuvieron envueltos en actividades criminales, es así como esta agrupación se traslada hacia las prisiones.

“La Todopoderosa Nación de Reyes y Reinas» tiene en la actualidad presencia en siete países; cuentan con un Manifiesto que contiene toda su ideología y una Biblia. Los Latin Kings se han consolidado como una de las organizaciones criminales más fuertes del mundo.

En Ecuador tienen una gran presencia en las calles y manejan algunos pabellones de las prisiones.

Grafiti de los Latin King en una calle de Guayaquil, en enero de 2012.

Los Ñetas, por su parte, tienen una historia diferente. Este colectivo nace en la prisión de Oso Blanco, Puerto Rico; donde Carlos Pérez Iriarte, alias “la Sombra” en los años 1970 organiza a un grupo de presos para protestar por las deplorables condiciones en las que cientos de sus compañeros vivían día a día en el sistema penitenciario.

Tras diferentes olas de inmigración el grupo se trasladó y se desarrolló en, Estados Unidos, España, y Ecuador. Los Ñetas han puesto en marcha un marco normativo complejo de leyes y sanciones que regula su vida y sus interacciones sociales y, que para el investigador Lamotte, constituyen un marco ético de comportamiento. Al contrario que los Latin Kings, los Ñetas se trasladaron desde las prisiones hasta las calles, dado que sus líderes empezaron a formarse en prisión. Su nombre completo es “Asociación Pro Derecho del Confinado”.

Uno de los aspectos violentos y más importantes para la configuración de la identidad social positiva en las pandillas y naciones es la lucha y conquista del territorio. La apropiación de ciertos espacios urbanos (parques, canchas, discotecas, barrios, calles). Estos espacios pasan a ser marcados por su simbología: grafitis, logos, etcétera. Esta apropiación del territorio simboliza la dimensión más significativa de su identidad grupal. Muchos de los conflictos violentos que se dan entre las pandillas o naciones son por la conquista y defensa de estos territorios.

Dirigentes de los Latin King, los Ñetas y Master of the Streets, tras firmar acuerdo con el Ministerio del Interior, el 14 de abril de 2015.

La historia de los Vatos Locos inicia en Los Ángeles, Estados Unidos; entre los años 1950 en uno de sus tantos barrios marginales. Este grupo se formó por chicanos que son los mestizos mexicanos/americanos quienes se desarrollaron como una subcultura muy marginalizada al Sur de Estados Unidos, incluso con una vestimenta y dialecto propios que es una mezcla entre el castellano y el inglés11. Algunos autores los asemejan a los pachucos.

Su motivación para pertenecer a estas subculturas es una necesidad de ser respetado, aceptado y querido. En algunas películas de culto como Blood in Blod Out, en español “Sangre por Sangre”; se puede apreciar el nacimiento de esta nación. Queda claro que la problemática en los barrios empobrecidos de las grandes ciudades que acogen a poblaciones migrantes es la falta de políticas sociales y económicas, lo que corroe aún mas el tejido familiar y social es el uso de drogas desde pequeña edad esto hace que estas subculturas empiecen a tomar un papel importante en la protección del más débil y en la protección de sus barrios de invasores externos.

Con los procesos de migración, los Vatos Locos llegan a Ecuador en 1991 pero su capacidad organizativa es muy pobre comparada a los dos anteriores naciones presentes en el país.

Legalización de las bandas

En el año 2007 el gobierno de Rafael Correa puso en marcha la pacificación de las pandillas activas en Ecuador: Latin Kings, Ñetas, Vatos Locos, y otros. Algunos estudios sociales, como los de la Fundación Ser Paz y la DINAPEN, de la Policía Nacional, habían aportado con algunas cifras, y, aunque entre ellas difieran enormemente; el Gobierno tomó conciencia de que hay miles de jóvenes que optaron por este modo de vida; por lo que era necesario hacer algo al respecto desde las instancias oficiales, dejando atrás las visiones represivas; que, desde otros gobiernos, no dieron ningún resultado.

Una de las acciones iniciales para la pacificación entre pandillas y naciones fue el otorgamiento de la personería jurídica a estas agrupaciones con el fin de que tuvieran la capacidad de obligar y obligarse, poder contratar. Con esta acción, muchos jóvenes saldrían de “estar en la sombra” y podrían emprender proyectos de educación, cultura y trabajo. Aunque resulte paradójico, las primeras autoridades en dar marcha al diálogo fueron las autoridades policiales, quienes precisamente eran las que más las acosaban en las calles.

300 líderes de la ‘Corporación de Reyes y Reinas Latinas en Ecuador’ (Latin Kings) firmaron este domingo nuevos acuerdos de paz, proyectos culturales y reinserción social con el Gobierno Nacional. Foto del Ministerio del Interior.

Este primer paso, pese a tener buenas intenciones, también fue el inicio de luchas de poder internas en las pandillas y naciones y éstas empezaron a dividirse en fracciones por territorio y líderes en todo el país. Lógicamente, no todos los miembros de las pandillas quisieron ser parte del proceso de pacificación. Por ejemplo los Vatos Locos se negaron de plano alegando que jamás podrían darse la mano con los Latin King, a quienes consideraban sus enemigos acérrimos por haber matado a decenas de sus “carnales” (hermanos de la calle) sobre todo en la ciudad de Quito.

Este complejo proceso tuvo varias aristas: se involucraron algunas carteras de Estado, incluso los gobiernos autónomos descentralizados (GADS) brindaron su cooperación. No solo fue un tema de seguridad ciudadana, sino una política integral de soporte para los jóvenes. El Ministerio de Inclusión Económica y Social, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, el Ministerio de Gobierno; entre otras entidades aportaron en lo que a sus competencias correspondía. También se buscó la cooperación de la sociedad civil y de las instituciones educativas privadas.

Algunos académicos se convirtieron en Ministros y activistas del gobierno de Rafael Correa. Poco a poco la legalización de las pandillas, gangs, clickas (como también se las denomina) tomó un fuerte tinte político. En las reuniones siempre se presentaban personas del movimiento Alianza País para que los asistentes se afiliaran a este partido. La propaganda del Movimiento de Alianza País nunca dejó de estar presente y esto se puede evidenciar en varios video de la época.

Las pandillas y naciones que se acogieron a este proceso empezaron a recibir varios beneficios. Muchos fueron incluidos en programas de capacitación y bolsas de empleo. En Guayaquil se creó la Casa de la Juventud como un espacio de sano esparcimiento y capacitación para adolecentes. Su presidencia y administración se la otorgó a Jonny Arévalo y Alex Tandazo, ambos miembros y líderes de los Latin Kings con quienes el ex Presidente Rafael Correa mantuvo una relación cercana, incluso realizó viajes internacionales.

Ronnie Aleaga, un antiguo Latin King, como testigo de la posesión de Virgilio Saquicela como Presidente de la Asamblea Nacional.

Según el portal de noticias Primicias buena parte de los ex pandilleros ocupó cargos en las funciones Ejecutiva, Legislativa y Judicial, así como en la Policía y hasta en las Fuerzas Armadas, según informes a las que este medio tuvo acceso.

Se promovieron encuentros entre naciones y pandillas, mañanas deportivas, seminarios, festivales culturales, diálogos entre líderes en distintas provincias del país con el fin afianzar lazos de amistad y esto contribuyó a que las tensiones en las calles se aplaquen, sobre todo en la ciudad de Guayaquil donde los enfrentamientos entre Ñetas y Latin Kings disminuyeron notablemente. Las cifras de violencia disminuyeron en el correísmo y algunos analistas atribuyen a la pacificación de pandillas y naciones a un factor que aportó a este descenso.

Una de las principales mentes ejecutoras detrás de este gran proceso fue Ricardo Patiño Aroca, quien fue presidente del movimiento Alianza País y estuvo a la cabeza de varios ministerios durante la era del correísmo. Según el portal de noticias digital Mil Hojas, la Corporación de Reyes y Reinas Latinas del Ecuador (una de las fracciones de los Latin Kings de Quito) habría solicitado un aporte de $35 mil dólares al gobierno de Rafael Correa para un concierto de Paz Urbana en Estados Unidos; esto evidencia el aporte de recursos públicos a las actividades de las agrupaciones juveniles; recursos que jamás fueron controlados ni fiscalizados.

Leando Norero, sindicado por narcotráfico, junto al entonces ministro del Litoral, Ricardo Patiño, y el Presidente Rafael Correa, en una foto del 7 de septiembre de 2009, publicada este 18 de junio de 2022 por el diario Expreso. en la foto, Norero era parte de la banda de Los Ñetas, en proceso de integrarse a la sociedad civil en unos diálogos impulsados por el Gobierno.

Giro siniestro

Evidentemente, el movimiento político Alianza País tenía otros fines intrínsecamente además de la pacificación entre las agrupaciones juveniles. El gran número de jóvenes pertenecientes a este tipo de agrupaciones fue evidentemente atractivo para ganar adherentes a sus filas. Las relaciones entre los miembros de pandillas y naciones se fueron afianzando; algunos de los ministros del correismo tomaron cercanía con los líderes de las pandillas y naciones.

Esta cercanía de alguna manera pudo parecer normal. José Serrano, ex Ministro del Interior, fue nombrado miembro honorífico de los Latin Kings. Las interacciones entre el gobierno y las pandillas toman otro matiz cuando miembros de estas agrupaciones empiezan a participar en las contramarchas que se dieron a favor de su mandato. En algunas grescas que se presentaron entre grupos pro y anti Correa varios ciudadanos denunciaron haber sido atacados por miembros pertenecientes a las agrupaciones juveniles. No obstante, el ex presidente les ratificó su respaldo incondicional y durante sus convencionales “sabatinas” dijo que los Latin Kings son un ejemplo para el mundo y que su gobierno buscaba incorporarlos a la sociedad.

No se oía mal que el ex presidente tuviera la intención de apoyar a miles de jóvenes que durante años fueron relegados de la sociedad; pero desde la práctica se podía constatar que muchos de ellos estaban siendo usados como un ejército de choque a favor del gobierno. Denuncias en redes sociales señalaban que muchos estaban siendo usados como garroteros.

En una llamada telefónica que mantuve con Fernando Zambrano, alias King Justin, presidente de los Latin Kings en Quito, en el año 2017, manifestó que la organización estaba fraccionada y ellos ya no tenía relación el gobierno. Alegó que se sentían utilizados por la política del país. Más bien habrían emprendido un programa de capacitación en catering con la Pontificia Universidad Católica de Quito, institución que les abrió las puertas para este proyecto.

En Guayaquil, los Latin Kings no llegaron a establecer proyectos laborales o educativos importantes; antes llegaron a poblar la Penitenciaría del Litoral y a mantener el control de algunos de sus pabellones lo cual es una señal inequívoca de su relación con el narcotráfico y el crimen organizado. Este hecho fue corroborado por el documental denominado Paz o Plomo producido por el medio de comunicación digital La Posta en octubre del 2021.

Por otra parte, en varias conversaciones que mantuve con algunos miembros de los Ñetas de la ciudad Guayaquil, me comentaron que su Asociación se había dividido en muchas fracciones: habían quienes seguían manteniendo al pie de la letra sus leyes originales, otros quienes trabajan con el Municipio de Guayaquil y se prestaban para las marchas de movimientos políticos y, muchos otros estaban dedicados completamente al crimen organizado; habían sido cooptados por bandas mafiosas que se apoderaron de varias ciudades del país.

De lo anteriormente citado, existe evidencia que gobierno del ex presidente Correa con el proceso de pacificación de naciones y pandillas logra:

1. Que cientos de jóvenes pertenecientes a estas agrupaciones se afilien a su movimiento político.

2. Que algunos de los miembros de estas agrupaciones participen en las manifestaciones como un ejército de choque a su favor.

3. Que muchos jóvenes miembros de las pandillas y naciones logren ingresar a funciones del Estado.

4. Algunos ministros y altos mandos del Estado lleguen a relacionarse de manera muy cercana con los líderes de estas agrupaciones.

Con los datos y hechos que presento y presentaré adelante pretendo demostrar que el fin de la pacificación, que en un inicio pareció una gran política de reinserción social por parte del gobierno de Rafael Correa, no fue más que una fachada con fines políticos.

Infiltración del narcotráfico

Durante los diez años del gobierno de Rafael Correa no se llegaron a ejecutar grandes programas ni proyectos de reinserción social, laboral, educativa o cultural para los miembros de las pandillas y naciones. Estos grupos vulnerables siguieron siendo desatendidos desde el Estado. Quienes fueron favorecidos solo fueron algunos jóvenes que consiguieron plazas de trabajo en ciertas funciones del Estado; pero, estadísticamente, esto no representó un mayor beneficio si pensamos en los miles de jóvenes que pertenecen a estas agrupaciones y que cada día van cooptando más personas, sobre todo menores de edad.

Paralelamente, en el Ecuador, el narcotráfico fue aumentado considerablemente. Especialistas en el tema indican que uno de los elementos clave para el avance del narcotráfico fue la salida de la base estadounidense de Manta en el año 2009. Desde esa base se controlaba el uso de avionetas y lanchas rápidas utilizadas por los traficantes de droga. A este factor, se le fueron sumando algunos más como la ubicación territorial estratégica del país. Ecuador es vecino de Colombia y Perú por lo que cuenta con rutas para el tránsito tanto de base de coca como de precursores para su refinamiento.

Asimismo, otro eslabón fue la dolarización de la economía de Ecuador en el año 2000. Esta medida económica convierte al país en un paraíso de lavado de activos del narcotráfico. Todos estos factores hacen que el país se torne atractivo para los grandes carteles de tráfico de estupefacientes que empiezan a operar en Ecuador. Lógicamente el consumo de drogas también empieza a crecer dentro del país y el microtráfico se agudiza de manera alarmante.

Por su capacidad organizativa y de reclutamiento de personas, las naciones y pandillas son muy atractivas para cualquier traficante de estupefacientes.

A esto se puede denominar la “evolución de las pandillas o naciones”, según los autores Rodgers y Baird se ha demostrado que la penetración del narcotráfico tiene efectos transformadores en las pandillas y, provocan mayores flujos económicos, guerras por el control de territorio de venta de drogas y mayores lazos con el crimen organizado y distribución ilegal de armas. Esta incursión con la delincuencia organizada, altera cualquier fin inicial de servir o proteger a la comunidad y genera formas depredadoras con la misma.

Paulatinamente, los líderes de las naciones y pandillas fueron asesinados a consecuencia de la lucha por territorios o plazas de venta de droga. Estos sangrientos enfrentamientos en las calles del país, ninguna política de Estado pudo frenar.

El primer caso que llamó la atención de los medios fue el sicariato del líder del los Ñetas, José Luis Noboa González, en el año 2009. Este hecho tuvo lugar en el barrio la Floresta de Guayaquil, un punto muy conflictivo de la ciudad. Noboa era un conocido traficante de su zona, en su vivienda acogía a muchos miembros de su Nación. Convirtió a su hogar en un fortín en contra de sus enemigos y en un lugar de consumo colectivo de sustancias ilegales, incluso con menores de edad. Noboa también fue un personaje de la farándula, transmitía un programa por un canal local.

A esta muerte se le suman otras de líderes quienes estuvieron involucrados directamente en el proceso de pacificación. Alex Tandazo, líder de los Latin Kings, presidente de la casa de las juventudes en Guayaquil, fue asesinado en el 2015.

Jhony Arévalo, otro líder de los Latin Kings de la ciudad de Guayquil fue asesinado en las afueras de la Penitenciaria del Litoral en el año 2020. Arévalo estuvo muy relacionado con el proceso de pacificación y mantuvo una relación muy cercana con el ex Presidente Correa. Al momento de su asesinato las autoridades policiales descubren que en realidad tenía otra identidad. Su verdadero nombre era Jorge Avilés y trabajaba en la farmacia de la Penitenciaría. Tenía además un amplio historial delictivo. El cuestionamiento lógico es ¿cómo una persona con estas características logró vincularse laboralmente a una de las prisiones más violentas del país?

En mayo del año 2020 asesinan a Manuel Zúñiga, alias King Majestic, quien se desempañaba como líder nacional de los Latin Kings del Ecuador. Zúñiga, de 46 años fue uno de los líderes pandilleros que iniciaron el proceso de pacificación sobre todo en la ciudad de Quito y quien fundó el proyecto de capacitación en catering en la Universidad Católica de Quito. Su asesinato fue al estilo sicariato donde también asesinan a su pareja. Las autoridades presumen que este acto lo ejecuta una banda narco delictiva por lucha de territorio venta de droga.

Manuel Zúñiga, presidente de los Latin King, asesinado por sicarios en Quito, en mayo de 2022.

Todas estas muertes, ponen en evidencia una dura realidad. Los líderes de las pandillas y naciones nunca se alejaron del camino del delito. El gobierno de Rafael Correa nunca desarrolló como lo había prometido, políticas de apoyo social, ni programas de trabajo, educación, rehabilitación de uso de drogas, prevención del embarazo adolecente y un largo etcétera. Mientras las políticas de estado estaban más ausentes, las bandas narco delincuenciales estaban más presentes en las calles y prisiones del país. Requerían reclutar personas con distintos perfiles. El tráfico de sustancias ilícitas, lamentablemente, es una de sus principales fuentes de ingresos para las pandillas y naciones.

Bandas narcodelictivias y las pandillas/naciones

Según Fernando Carrión, investigador de la FLACSO, el Ecuador está absolutamente cartelizado, ya que en el país operarían alrededor de 17 carteles internacionales drogas, entre ellos los mexicanos; el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos por Ecuador pasan unas 500 toneladas de droga, de las cuales, 100 toneladas se quedan para la venta y consumo interno. Carrión concluye que la falta de una política interna contra el narcotráfico ha permitido que los carteles penetren en los mercados, las cárceles y la sociedad entera.

La mafia albanesa también está presente en Ecuador, según investigaciones del portal Plan V y la Organized Crime and Corruption Reportin Project (OCCRP) esta es una de las mafias más sanguinarias en país. El medio británico The Telegraph, también realizó una investigación acerca de esta mafia y explica que la llegada de los albaneses a Ecuador remonta al año 2010; la mayoría de ellos viven en Guayaquil con identidades falsas, para evitar su persecución en Albania. Esta mafia estaría reclutando a niños desde los 10 años de edad para que aprendan a matar y a transportar droga. En los últimos años existe una batalla campal entre carteles de drogas que se disputan el control del tráfico interno y del puerto de Guayaquil, lo que ha convertido a la ciudad en una de las 50 más peligrosas del mundo, con una tasa de homicidios que supera los 30 por cada 100 mil habitantes.

Otro factor sumamente importante en la configuración del Ecuador como un punto importante en el tráfico de estupefacientes en la región fue la firma de paz de su vecina Colombia con las Fuerzas Revolucionarias (FARC) que puso fin al conflicto armado interno en el año 2016. Para los autores Rivera y Bravo, el proceso de paz modifica por varios aspectos la situación de la frontera colombo-ecuatoriana; por ejemplo, la falta de coordinación entre ambas naciones sobre el tema de tráfico y crimen organizado transnacional, privilegia la situación de la frontera Norte del Ecuador e incrementa exponencialmente su participación en la producción, refinamiento, almacenamiento y el transporte de drogas ilícitas.

Consecuentemente, Ecuador empieza a poblarse de bandas y organizaciones criminales que manejan el narcotráfico y sus operaciones derivadas: asesinatos, robos, delitos sexuales, venta y tráfico ilegal de armas, etcétera. Para todas estas actividades es necesario el reclutamiento de miles de personas y; como se ha planteado, las pandillas y naciones desarrollaron la capacidad de enrolarse con el crimen organizado puesto que este tipo de agrupaciones van creciendo en la marginalidad de los barrios periféricos donde existe una gran ausencia estatal y es más fácil operar a las bandas criminales.

Otro elemento que colaboró a que pandillas y naciones se infiltren aún más en las bandas narco delincuenciales es que estos grupos llegaron a “plantar bandera” en las prisiones del país. Es decir que las pandillas y naciones fueron expandiendo su filosofía y modo organizativo dentro de los centros penitenciarios. Poco a poco, las agrupaciones criminales de mediana y gran escala ya conocidas en país desde los años 1990 como los Choneros, Lagartos se fueron mezclando con pandillas y naciones y fueron creando agrupaciones híbridas entre pandillas y bandas criminales.

Adolfo Macías, alias Fito, líder de la banda delictiva Los Choneros.

Reunión Vatos Locos, CRS Latacunga, 2018

Una de las bandas narco delincuenciales que formó un líder de los Ñetas, Leandro Norero Tigua, junto con otros personajes más del mundo criminal son los denominados “Chone Killers”. Esta banda fue en un principio el brazo armado de los Choneros y se dedican sobre todo a sicariatos, aunque también a otros delitos como robos y asaltos . Esta alianza se fracturó después del asesinato del líder de los Choneros, Jorge Luis Zambrano en el 2019. Aunque se sabe que este tipo de alianzas y reunificaciones son normales en este tipo de asociaciones narco delictivas de nueva data.

Leandro Norero, alias el Patrón, llega a ascender en el mundo narco criminal y llega a ser uno de los grandes financistas de varias bandas narco delincuenciales en Ecuador y Perú. Su captura se da en la ciudad de Guayaquil en un millonario operativo en mayo del 2022, donde arrestan también a su hermano Israel y a su pareja Lina. En su casa se decomisaron lingotes de oro, autos de alta gama, joyas, armas y fajos de billetes. En el transcurso del juicio, en primera instancia se le llegan a vincular con 7 inmuebles, más de 10 autos y 6 compañías donde habría lavado dinero. A Norero lo asesinan en el Centro de Rehabilitación Social de Cotopaxi el 3 de octubre del 2022 el día que iba a ser procesador por nuevos delitos como la producción y tráfico de estupefacientes.

La mansión en la que vivía Leandro Norero, en la urbanización El Batán, en la Vía a Samborondón, incautada el 25 de mayo de 2022.

En la actualidad (2022) se hizo público el informe de inteligencia policial en el que se detalla las bandas narco criminales que operan en el de Ecuador, entre ellas se encuentra la de los “Chone Killers”. El 28 de septiembre del 2022, la Policía Nacional realiza un operativo en varias localidades de Guayaquil, inclusive dentro del Centro de Rehabilitación Social donde se aprehende a 19 miembros de esta banda.

Según versiones de la Policía, estas personas son responsables de al menos 30 asesinatos en Guayaquil y sus alrededores; entre ellos dos cuerpos suspendidos en el puente de Durán, hecho que jamás se había suscitado en el Ecuador y que imita a ejecuciones de bandas narco delictivas en México. También se les vincula con el ataque a una ambulancia y colocar artefactos explosivos en una unidad judicial y a otros actos terroristas. La evolución en peligrosidad de la banda en los últimos años acrecentó de manera alarmante.

Asimismo, se conoce que los Latin Kings de Guayaquil tienen en su poder dos pabellones, cada uno de mil personas, en el Centro de Rehabilitación de Social No. 2 y según una fuente reservada, su líder es alias el Diablo, actualmente en libertad.

Esto evidencia que, efectivamente, algunos pandilleros evolucionaron a grandes narcotraficantes y su poder en el mundo criminal es enorme.

Las bandas criminales que hoy operan en el Ecuador han copiado elementos de las pandillas y naciones pues, si bien muchas bandas tienen como líderes a ex pandilleros también se han percatado que su estructura organizativa les beneficia y fortalece. Actualmente, las bandas delincuenciales también marcan a sus miembros con tatuajes, realizan insignias con las manos, inventan rezos o rituales de lealtad hacia sus líderes, marcan paredes como símbolos de pertenencia territorial. Toda esta simbología ha sido copiada de las naciones y es nueva para las bandas delictivas.

Conclusión

Si bien las pandillas y naciones tienen presencia en Ecuador desde 1990, estas agrupaciones empiezan a representar un mayor peligro para la seguridad ciudadana desde el ingreso de los grandes carteles de narcotráfico al país. Como se ha descrito en este artículo, este fenómeno tiene varios antecedentes:

· la dolarización de la economía en el año 2000,

· el cierre de la Base Naval estadounidense en el año 2009,

· la firma de Paz en Colombia en el año 2016.

Las bandas narco criminales internacionales y nacionales empezaron a cooptar y reclutar personas para sus operaciones delictivas y, sin duda, las pandillas y naciones fueron y son un gran nicho de adolescentes y personas en situación de vulnerabilidad de las cuales pueden sacar provecho. La ausencia de políticas estatales y de intervención en la población en riesgo de violencia es fundamental para que las bandas delictivas penetren en los estratos más abandonados del país.

El proceso de pacificación de las pandillas y naciones que inició el gobierno del ex presidente Rafael Correa en el año 2008, si bien visibiliza a estas agrupaciones ante la sociedad y las saca a la luz pública no tuvo ningún efecto a largo plazo en su fin resocializador. Existe evidencia que durante el correismo (2007-2017) los miembros de estas agrupaciones participaron en las marchas a favor del gobierno de manera activa y violenta. Esto es una muestra de la manipulación política desde el Estado hacia uno los sectores más vulnerables de la sociedad.

En los barrios marginales de las ciudades donde la presencia de las bandas narco criminales se empiezan a sentir con más fuerza cada día; para los niños y jóvenes ya no es una opción pertenecer o no a una banda; si te niegas a vender su droga o seguir sus órdenes te matan a ti o a un miembro de tu familia.

El aumento de la peligrosidad de las bandas narco delictivas es un asunto que debe preocupar urgentemente al Estado, pues la escalada de violencia especialmente en los últimos años es inclemente. En los operativos se aprehenden a personas con 50 y más antecedentes penales, lo que revela en un sistema judicial fallido y corrupto.

Son miles de jóvenes y niños/as atraídos a vivir en el modo de vida de las padillas y naciones; incluso en programas y series de televisión presentan a narcotraficantes como héroes y modelos a seguir. La única opción para muchos jóvenes ha sido el mundo criminal; la falta de opciones laborales y educativas no les deja otro camino. Muchos jóvenes vienen de familias rotas, violentas, desestructuradas y buscan aislarse de su realidad consumiendo drogas. Si alguna forma alterna se les presentaría, ya sea cooperación estatal, privada; muchos sin duda la tomarían. Durante un año que tuve la oportunidad de oír sus historias escuché su desesperanza. Miles de niños han nacido como almas perdidas, sin rumbo alguno. Sin madre, ni padre. Requieren ser ayudados, no olvidados.

  • Este artículo fue realizado a partir de mi experiencia personal y profesional en el proceso de pacificación de las pandillas en el Ecuador cuando laboré en el Ministerio de Gobierno en el año 2009; posteriormente como Directora Nacional de Rehabilitación Social en el año 2010 y años más tarde como asistente legal de la Nación Vatos Locos en el año 2017.  También se ha revisado bibliografía nacional e internacional al respecto y notas de prensa que respaldan todas las aseveraciones y conclusiones que se llegan a realizar en este texto. 

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