El  mito del eterno retorno: tiempo cíclico y renovación en los relatos audiovisuales

Esteban Ponce Tarré

Quito, Ecuador

“Hay una insistencia patológica en reproducir constantemente las mismas acciones en espera de que algo nuevo suceda. Es una tendencia típica del ser humano”

Béla Tarr

En la leyenda de Sedna, un cuento tradicional de los esquimales, una joven es agredida por su esposo y arrojada al mar por su padre, transformándose en la diosa de los océanos. Como deidad sagrada, posee el poder de influir en determinados eventos marinos, desatando tormentas y dificultades como una venganza simbólica. La antigua fábula, mencionada en la cuarta temporada de la serie True Detective, ejemplifica la naturaleza regenerativa y la renovación espiritual presentes en muchas tradiciones legendarias. Estos temas se vinculan a múltiples narrativas en el cine y la televisión que exploran el mito del eterno retorno.

Dicha idea, aunque arraigada desde tiempos prehistóricos en los ritos y tradiciones de muchas culturas, fue explícitamente articulada por el filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche en su obra Así habló Zaratustra de 1883. En ella, cada acción humana, incluso la más sombría y perturbadora, se repite en un ciclo eterno. Aunque la noción puede generar cierta ansiedad al contemplar la posibilidad de enfrentar experiencias desagradables de forma interminable, también puede interpretarse como una invitación a confrontar y reconciliarse con los aspectos más oscuros de la existencia.

En varias series y películas contemporáneas de suspenso y drama, los personajes principales suelen ser individuos fracturados que, a lo largo de los  relatos, se enfrentan a sus propios conflictos y buscan una redención personal. Tal es el caso del narrador de El club de la lucha (David Fincher, 1999) quien se halla atrapado en un círculo de insatisfacción, alienación y búsqueda de identidad.

Como respuesta crea un club que le permite ejercer el ciclo repetitivo de la violencia. Con el tiempo, las labores subversivas de esta agrupación rompen con lo establecido y le abren un camino a la exploración de nuevas formas de ser. El proceso en el cual entra el protagonista del filme refleja el esquema de la transformación del espíritu desarrollado por Nietzche, donde el alma progresa desde la sumisión inicial del “camello”, atraviesa la etapa de la rebeldía representada por el “león”, para, en última instancia, alcanzar la espontaneidad y la creatividad del “niño”.

Igualmente en El sexto sentido, películadirigida porM. Night Shyamalan, el sicólogo Malcolm Crowe, interpretado por Bruce Willis, se ve inmerso en una  espiral de búsqueda de redención. Su intento por ayudar a Cole Sear (Joel Osment), un niño que tiene alucinaciones con gente muerta, es también una tentativa para liberarse de la culpa que lo persigue debido a un evento traumático causado por uno de sus pacientes.

A medida que replica sus tareas profesionales, Malcolm enfrenta un conflicto espiritual que se conecta con lo sagrado, asemejándose así al comportamiento ritual en donde la repetición de acciones busca soluciones a problemas anímicos. Según Mircea Eliade,  el eminente historiador de las religiones, esta conexión entre lo sagrado y lo profano cobra especial relevancia en el mito del eterno retorno, pues ambos conceptos están íntimamente ligados en el espacio cósmico, condenados a perpetuarse.  

Bajo esta visión, la obra cinematográfica de 2006 de Darren Arranofsky, La fuente de la vida, ilustra asimismo la idea de un tiempo circular. El personaje principal, el oncólogo Tommy Creo (Hugh Jackman) busca desesperadamente una cura para el cáncer que aqueja a su esposa Izzi (Rachel Weiz). A través de la intersección de esta historia con otras dos, el filme explora la conexión entre la vida y la muerte, así como la posibilidad de trascendencia y regeneración mediante el amor. El relato manifiesta una reflexión metafísica que también hace eco de las ideas del pensador alemán.  

Considerada como una obra maestra en su momento, El caballo de Turin (Béla Tarr, 2011) sumerge al espectador en las rutinas desoladoras de un padre y su hija en una granja. Mientras realizan sus monótonas tareas, eventos misteriosos los van sumiendo en una ola de fatalismo y desesperación. La película ofrece una visión nihilista de la vida, retratando a sus personajes como atrapados en un espacio de la existencia carente de significado. La trama sugiere que la historia se repite infinitamente, mostrando a los personajes atrapados en un lapso interminable de trabajo y sufrimiento.

En la primera temporada deTrue Detective (Nic Pizzolato, 2014), el detective Rustin Cohle, interpretado por Matthew McConaughey, se encuentra con el cuerpo sin vida de una prostituta, desnuda y marcada con un tatuaje en espiral, en una escena que refleja su propia crisis existencial.  Esta situación lleva a Rust, junto a su compañero Martin Hart (Woody Harrelson), a embarcarse en una investigación que parece interminable.

Rust y Marty profundizan en la pesquisa, planteando cuestiones ideológicas que abarcan temas de la vida y la muerte, lo sagrado y lo profano, la religión y el ateísmo. Así, mientras avanzan en el caso, se ven obligados a enfrentar sus propios dilemas personales, encontrando paralelismos con las proposiciones filosóficas de Nietzche, que exploran la naturaleza del ser humano y el significado del tiempo cosmológico.

Dark (Baran Bo Odar, Jantje Friese, 2017-2020), la aclamada serie alemana, también se conecta directamente con las ideas del pensador alemán al presentar un relato en el que los personajes están atrapados en un bucle infinito de eventos interconectados. A pesar de sus intentos por alterar el curso de los acontecimientos, descubren que sus acciones están predestinadas y que la línea entre el pasado, el  presente y el futuro es difusa.

Finalmente, la cuarta temporada de la serie True Detective: Noche Polar (Issa Lopez, 2024) envuelve al espectador en una trama que oscila entre lo policial y lo fantástico. Las oficiales Liz Danvers (Jodie Foster) y Evangeline Navarro (Kali Reis) descubren los cuerpos congelados de un grupo de científicos en la ficticia localidad de Ennis, en Alaska.

Al desarrollar la investigación, las agentes se ven inmersas en una exploración que mezcla lo real con lo ilusorio, siguiendo un cúmulo de pistas que las sumergen en mitos locales, creencias fantasmales y conspiraciones medioambientales. En ese entorno sombrío de la oscura y larga noche polar de Alaska, la jefa Danvers y la teniente Navarro cumplen con su trabajo, cuestionando el sentido de sus propias vidas.

En síntesis, el mito del eterno retorno se manifiesta como un motivo recurrente en diversos relatos audiovisuales, donde los personajes buscan constantemente su identidad y renovación personal dentro de periodos repetitivos de espacio y tiempo. Al igual que en los ritos, el consumo de estos productos audiovisuales fortalecen la reflexión sobre lo sagrado y lo profano, generando un diálogo trascendente sobre el propósito último de la especie humana.

Desde la icónica narrativa de El Club de la lucha hasta la profundidad filosófica de series como Dark y True Detective, los protagonistas se  enfrentan a sus propios conflictos existenciales mientras exploran los límites de la realidad. En estos viajes introspectivos, los personajes se encuentran inmersos en hondas cavilaciones sobre la esencia del ser y el significado de un universo enigmático, en el cual las nociones de vida y muerte se entrelazan, tal como describió Friedrich Nietzsche en sus escritos.  

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