Las embajadas, en mi Gobierno, no van a ser cuevas de delincuentes: Xóchitl Gálvez

Xóchitl Gálvez, abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México, asistió este lunes 8 de abril al evento Ibero Dialoga: Encuentros por la Democracia. Foto: Alberto Hernández

Ciudad de México.- La candidata presidencial del frente opositor Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, se comprometió este lunes a «no poner cuates (amigos)» en las embajadas mexicanas si llega a la presidencia en medio del conflicto diplomático con Ecuador.

Así lo aseguró en un evento de la Universidad Iberoamericana después del asalto del viernes de la Policía Nacional ecuatoriana a la embajada mexicana en Quito para capturar al ex vicepresidente Jorge Glas (2007-2017), quien pidió asilo político a México tras pesar sobre él una orden de prisión por presunta corrupción.

«Primero, (hay que) dejar de poner a tus cuates de embajadores», aseveró en un conversatorio con estudiantes.

La candidata aseguró que hay «embajadores que son vergüenza», por lo que propuso un «servicio profesional de carrera» para los representantes de México en el exterior.

Aunque reconoció la facultad de nombrar a embajadores «políticos», se comprometió a que fuesen «los menos» en favor de «gente capaz».

«Condeno lo que pasó en Ecuador, más allá de los dimes y diretes que hubo previamente. A lo mejor no comparto la manera. Las embajadas, en mi Gobierno, no van a ser cuevas de delincuentes», auguró, pues «no daría asilo a alguien que está vinculado al caso Odebrecht», la constructora brasileña acusada de dar sobornos a varios gobiernos latinoamericanos.

«Que se someta a la justicia de su país, si estamos atacando a la corrupción», expresó.

Además, prometió acudir a todos los encuentros internacionales «que le toque al presidente estar» y rechazó invitar a países como Venezuela, Nicaragua o Cuba a actos oficiales.

«No voy a relacionarme con regímenes autoritarios y violentadores de derechos humanos, sí con sus pueblos, (…), pero con sus presidentes, definitivamente, no», advirtió.

Aún así, la opositora reiteró su crítica al asalto producido en la embajada mexicana en Quito, una «violación» a la sede diplomática que todas las personas, «independientemente del color» que representen, «deben» condenar.

México anunció el viernes que buscaría traer como asilado político a Glas, procesado en casos de corrupción y ahora recluido en una cárcel de máxima seguridad, por lo que las fuerzas ecuatorianas ingresaron por la fuerza a la embajada para llevárselo durante la noche, lo que provocó que el Gobierno mexicano rompiera relaciones.

Sin «impedimento» para condenar la guerra en Gaza

Por otra parte, la candidata pidió terminar la guerra en Gaza, aunque reconoció el atentado terrorista lanzado por Hamás en octubre pasado que afectó a «familias e inocentes desarmados».

«No tengo ningún impedimento para condenar una guerra que me parece que tiene que parar», dijo.

«Me sumo a este llamado de Naciones Unidas para que se reconstruya la paz en esta zona de Israel», agregó.

Sobre la migración, apostó por un «programa de capacitación» para que extranjeros puedan trabajar en México y plantearse la permanencia en el país.

Expuso que «hay falta de mano de obra», pero descartó que tenga una visión de migrantes «como mercancía».

«Los veo como personas que buscan una oportunidad y que el trabajo a mí me parece que es algo digno», sentenció. EFE

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