El fugitivo Jorge Chérrez

Eduardo Carmigniani

Guayaquil, Ecuador

El Consejo Permanente de la OEA condenó “enérgicamente la intrusión en las instalaciones de la Embajada de México en el Ecuador”, y llamó a que la inviolabilidad de las sedes diplomáticas sea respetada sin excepción, exhortando a que las partes inicien “un diálogo y tomen acciones inmediatas para resolver este grave asunto de manera constructiva”. Y mientras leía el documento, no sé el porqué vino a mi mente el caso del prófugo de múltiples jurisdicciones Jorge Chérrez Miño, el colosal atracador de centenas de millones de dólares, principalmente del ISSPOL.

El ‘mago’ Chérrez -que de mago no tiene nada, pero sí todo de estafador- es buscado por autoridades judiciales de Ecuador y de Estados Unidos. Su último paradero conocido, pues ahí ha otorgado poderes, es México.

Y no deja de resultar extraño que desde hace casi cuatro años, cuando estalló el escándalo que puso al descubierto sus fechorías, y pese a ser el fondo de pensiones de nuestra Policía el principal afectado, no haya sido capturado para ser trasladado a la cárcel, ya en Ecuador donde está ordenada su prisión, ya en Florida donde desde noviembre de 2021 fue declarado fugitivo, por no haberse presentado al juicio penal que se le sigue por los sobornos pagados a exfuncionarios del ISSPOL para conseguir “inversiones” (caso 21-20528-CR, tribunal del distrito sur, jueza Kathleen Williams).

Y cuando venía a mi mente el caso del prófugo Chérrez me preguntaba qué estatus especial pudiera estar teniendo en México, como para que hasta la fecha, habiendo pasado -insisto- casi cuatro años, siga muy campante pavoneando por allá su impunidad. Y lo peor es que nada se sabe al respecto. Que se conozca no existe en trámite, digamos, un juicio de extradición que esté peleando a dentelladas para evitar ser trasladado. No. No hay ninguna información, al menos que sea públicamente conocida.

El ISSPOL tiene todavía centenas de millones de dólares por recuperar de lo atracado por Chérrez. Si bien el régimen Lasso hizo con firmeza que se le devuelvan USD 380 millones, y si bien hay abierto un juicio en la Florida en el que ha pedido que se le entreguen USD 72 millones congelados en cuentas que una empresa-membrete de Chérrez tiene en el Safra National Bank of New York, el faltante sigue siendo muy cuantioso, no es pelo de rana.

Y mientras recordaba todo eso, mi mente regresó al exhorto de la OEA sobre la búsqueda de alguna solución, diplomáticamente negociada, entre Ecuador y México. Pero sin canje alguno, claro está.

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