Los apagones afectarán el 28 % de Cuba en el horario de mayor consumo en la tarde-noche de este sábado, informó la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
Según la compañía, entre las causas de las interrupciones del servicio eléctrico están las averías en las unidades de las centrales termoeléctricas, los mantenimientos programados y la falta de combustible necesario para generar la electricidad a través de las termoeléctricas.
Los apagones regresaron en las últimas semanas superando el tercio de afectación complicando aún más la tensa situación energética.
Los cortes de energía eléctrica afectan todas las provincias del país y alcanzan las diez horas diarias, e incluso en La Habana con la modalidad de “programados” por cada barrio. Estos duran unas ocho horas.
La UNE, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, prevé para este sábado una capacidad máxima de generación eléctrica de 2.320 megavatios (MW) para una demanda que alcanzará los 3.130 MW, en parte por el aumento considerable de las temperaturas.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 810 MW y la afectación -los circuitos que se desconectarán realmente- alcanzará los 880 MW en el denominado “horario pico”, en la tarde-noche.
El sistema eléctrico nacional de Cuba se encuentra en una situación muy precaria por la falta de combustible importado y las averías en las centrales termoeléctricas, obsoletas por sus más de cuatro décadas de uso y la falta de inversiones y mantenimientos.
El Gobierno cubano ha rentado varias centrales eléctricas flotantes (de las que actualmente solo quedan cinco) para paliar la falta de capacidad de generación, una solución rápida pero temporal, contaminante y costosa.
Los apagones lastran el rendimiento económico del país, que se encuentra sumido desde hace cuatro años en una grave crisis.
Han sido además el detonante de las protestas antigubernamentales de los últimos años, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades. EFE