El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, busca blindar su futuro si deja el poder, con una enmienda al código penal que incluye penas de entre 3 y 8 años de cárcel a las personas que emplean la violencia o amenazan con hacerlo contra un expresidente o miembros de su familia, según medios locales.
El respectivo proyecto de ley fue remitido por Lukashenko al Parlamento bielorruso, precisa el portal opositor Zerkalo.
Actualmente, en Bielorrusia están penadas las injurias y calumnias al presidente y expresidentes.
La noticia se produce en medio de unas declaraciones del mandatario sobre un eventual cambio de poder en el país.
Este domingo, Lukashenko dijo que los bielorrusos deben «acostumbrarse» a tener en el futuro un nuevo presidente.
«No digo que vaya a dejarles mañana o pasado, pero en la vida puede pasar cualquier cosa. Tienen que acostumbrarse a que no soy eterno», indicó.
Lukashenko, antiguo director de una granja colectiva de 69 años, llegó al poder el 20 de julio de 1994, tras lo que instauró un sistema autoritario en el que el agencia de inteligencia KGB -Bielorrusia es la única exrepública soviética en la que conservó su nombre- reprimió cualquier atisbo de disidencia.
La oposición bielorrusa acusa al mandatario de ceder la soberanía del país a Rusia a cambio de perpetuarse en el poder.
Pese a que Occidente no le reconoce como presidente legítimo tras el fraude de 2020, Lukashenko aseguró en el pasado que tenía la intención de presentarse a la reelección en 2025. EFE (I)