Estamos en una encrucijada

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

La expectativa del gobierno en funciones y candidato a la reelección era bastante ambiciosa, y difícil de ganar en la primera vuelta; lo más probable, era ganar en la primera con un cómodo margen, alrededor de un 6% más o menos. De acuerdo a la mayoría de las encuestas, el triunfo de Daniel Noboa era posible; la realidad es que hay un empate técnico entre los candidatos y, la novedad es que el correísmo rompió el techo del 32% que tuvo en las anteriores elecciones. Se dice que en el fútbol hay que esperar el pitazo final y en las elecciones igual, hay que esperar el conteo de la última papeleta para ver los resultados.

Aún sin que se proclamen los resultados oficiales definitivos, el panorama se torna clarísimo, prácticamente se ha inaugurado en nuestro país el bipartidismo, dejando para el recuerdo a las viejas tiendas políticas como los partidos Socialcristiano, Izquierda Democrática, Socialistas, Sociedad Patriótica, Unidad Popular (MPD), etc. que tiene una poquísima o ninguna representación. 

Con los resultados que se aspiraba, con seguridad la segunda vuelta iba a ser encarnizada, el correísmo y sus aliados manejan todo tipo de recursos, especialmente económicos para dar batalla, ahora con más razón, la pelea será más compleja. Para Daniel Noboa le viene cuesta arriba, el esfuerzo es titánico. En toda la Costa gana Luisa González, los resultados, especialmente de Manabí son catastróficos para Noboa y muy preocupante. Quizá pecaron de excesiva confianza, faltó un mayor acercamiento y conocimiento de la realidad especialmente de las áreas marginales y de la ruralidad de la Costa. 

Aparte de los apagones, la inseguridad que no se resuelve de la noche a la mañana, la crisis económica, la falta de empleo, la inestabilidad de funcionarios públicos y el enfrentamiento estéril con la vicepresidenta, le han pasado factura. 

Un triunfo del correísmo sería catastrófico para el país, desgraciadamente no es suficiente vernos en el espejo de Venezuela, Cuba o Nicaragua para reaccionar y frenar la embestida brutal del correísmo que no da brazo a torcer. 

De forma urgente hay que activar un Frente de Salvación Nacional o como quiera llamarse, convocando a las organizaciones políticas y gremiales, campesinos, estudiantes y ciudadanía en general a una cruzada cívica por la democracia y la condena al totalitarismo. El gobierno tiene que hacer las rectificaciones que sean necesarias y orientar su esfuerzo a mitigar las demandas ciudadanas inaplazables. No podemos permitir que Ecuador se convierta en un verdadero narcoestado, como Venezuela, Cuba o Nicaragua.

Hay que estar claros, lo primero que hacen los dictadores es destruir las Fuerzas Armadas, convirtiéndolas en su instrumento de represión y sostén de las dictaduras, prostituyendo a sus mandos para quedarse en el poder eternamente, acallan las voces que reaccionan contra las dictaduras con la cárcel, iguales medidas emplean contra la prensa libre. No podemos permitir que vuelva al poder un megalómano sediento de odio y venganza.

Estamos en una encrucijada, debemos escoger entre las mafias del narcotráfico o el derecho a vivir en democracia con libertad.

La excandidata presidencial del correísmo, Luisa González, y el presidente electo Daniel Noboa, en una foto de archivo de la campaña electoral.

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