
Guayaquil, Ecuador
La diplomacia de Trump, si se la puede llamar así, ha puesto en evidencia la aceleración del cambio geopolítico mundial.
El estilo agresivo, rudo, frontal y fundamentalista de la ideología del destino manifiesto o del capitalismo salvaje de fines del siglo 19, principios del 20 con las políticas de la zanahoria y el garrote de Teddy Roosevelt ha renacido con fuerza para negociar la nueva distribución del mundo con el capitalismo salvaje y nostálgico del imperialismo ruso post soviético de Putin y con el capitalismo de estado chino creado por Den Xiao Ping post la larga marcha de Mao pero con la gran nostalgia de la dinastía Ming liderada hoy por Xi Jin Ping.
La fusión de este trio toma a la bella Europa adormecida por los torbellinos y trapiches de la burocracia y sus políticas publica woke y canticos plañideros de los derechos humanos motivados por el cargo de conciencia de su sangriento pasado colonialista y convierte al resto del mundo y sus tierras preciosas , materias primas, recursos naturales, etc, en el gran pastel a dividirse.
Esta guerra por el nuevo orden mundial se pelea en entorno de desarrollo tecnológico nunca antes visto que avanza con velocidad cuántica pero concentrado en unas pocas manos de una claramente identificada oligarquía tecnológica y concentrada en dos de las tres potencias esto es China y los Estados Unidos de América.
Las tres potencias que lideran este nuevo orden pretenden ignorar un tercer elemento clave que es el cambio climático que impacta a la humanidad hoy y las consecuencias de esta negligencia se irán viviendo cada día con más fuerza.
¿Cómo reaccionaran Europa, India o Japón? Lograran ¿recuperar peso en el proceso?
Por ahora las demás partes del mundo parece que simplemente seremos parte del proceso de la división, las instituciones post segunda guerra mundial como la ONU o el FMI o OMC , etc. han perdido hasta ahora toda capacidad de decisión e independencia .
En este proceso qué sistema de gobierno prevalecerá.
Todo está por verse, en nuestro caso desde la vereda sin ningún poder de decisión.
