Guayaquil.- «Uriel» es la muestra con los trabajos más recientes de Oscar Santillán (Milagro, 1980) que se expone en galería DPM, ubicada en Circunvalación Sur 111 A y Víctor Emilio Estrada.
Santillán es artista en residencia en la Van Eyck Academy, un centro de excelencia de Holanda, con una sólida reputación, que ha dado extensiones de la residencia a dos de los 35 estudiantes internacionales que se encuentran actualmente allí, uno de los cuales es Óscar, por lo que estará en Holanda hasta noviembre del 2014.
Óscar sacó una Licenciatura en la Escuela Politécnica del Litoral, ESPOL, en Diseño y Producción Audiovisual, pero, como él dice: «en realidad mi práctica artística no proviene de esa experiencia, sino que la adquirí de manera más autónoma, porque no había instituciones donde estudiar arte cuando yo salgo del colegio, lo más cercano era la ESPOL, y por mi lado empecé a informarme, a conocer artistas, poco a poco a crecer. Mi formación académica dentro del arte en Guayaquil proviene de mi experiencia con el colectivo La Limpia, y eso fue, de alguna forma, nuestra universidad. Y de allí estudié dos años en el Instituto Tecnológico de Artes del Ecuador, ITAE, y ésa fue una experiencia realmente importante».
Con una beca hizo su maestría en la Virginia Commonwealth University, en Estados Unidos, que tiene el programa de Escultura y Medios Expandidos justamente adecuados a lo que Santillán hace, que es mucha diversidad. Ha realizado residencias artísticas en Skowhegan School of Painting and Sculpture, que es un programa fundado por artistas norteamericanos hace cincuenta años, en Seven Below, Burlington City Arts (BCA), USA, en el Museo de la Ciudad, en Quito, y en la Jan van Eyck Academie.
Oscar fue ganador del Premio de Arte Batán 2013, organizado por Plaza Lagos Town Center, por su video “Acompañamiento”, que lo realizó durante su residencia en Seven Below.
Óscar considera que el hecho de estar realizando su residencia en la Jan van Eyck Academie, donde le dan una habitación, un lugar para taller. un sueldo mensual como investigador, y un presupuesto para producir su obra, es un verdadero privilegiado. «Me siente privilegiado por como las circunstancias se han dado para que una cosa lleve a la obra», afirma, «y el hecho de estar en ésta Academia me abre puertas en muchos lados, porque, por ejemplo, ahora estoy mostrando mi obra en varios espacios, como en la Tyron St. Gallery, de Londres, en mayo tendré una exposición individual en Holanda en The Ridder, y así van saliendo bastante cosas, ha sido un año muy intenso».
Sobre el nombre de la exposición, dice que: «Uriel es un arcángel que tiene mucha presencia en la mitología apócrifa, y es un personaje muy ambiguo, me interesa mucho esa ambigüedad y el nombre, aunque tú no sepas qué es, sabes que no es un verbo, sabes que es un sustantivo, te llama la atención, y hasta el sonido está en esa onda mística que tiene que ver con los trabajos que están acá».
Sobre el tema de la exposición dice que: «hay algunas piezas que tienen que ver con la naturaleza, pero no es una exposición monotemática, más bien hay un cruce de intereses. Hay naturaleza y presencia de algo sobrenatural, con muchas referencias místicas, es el cruce entre la cultura del misticismo y la experiencia de la naturaleza«.
Entre sus obras encontramos algunas en forma de círculos, que son dibujos en mármol con grafito (lápiz), así como una fotografía de Oscar en el río con yeso en los brazos, tratando de abrazar al río, que se titula «Las aguas del río y su fragua en yeso», y junto a la fotografía muestra lo que salió de ese intento.
«Los Reinos errantes» consiste en varias piezas colgantes de madera y láminas con fotografías que documentan el perfomance en vivo que realizó en un parque abandonado en Holanda. «En ésta pieza intervienen el sonido, la fotografía en metal, la historia sobre como se grabó el sonido de los pájaros, las traducciones de los pájaros que yo seleccioné, en notas musicales, y el trabajo musical con el Conservatorio de Maastricht, que reproduce el sonido de los pájaros de esa área, que eran comunes y que ahora están casi extintos», explica Óscar, «y mis obra es que escuchas esta composición que está sonando aquí, hecha por los músicos del Conservatorio, y la experiencia es que que vas al parque abandonado y empiezas a escuchar estos sonidos y tu piensas que son altoparlantes, y luego te das cuenta que son músicos reales que están escondidos en el bosque. Y en en todas las fotografías también hay un músico escondido».
Santillán no se detiene a pensar en que momento de su carrera se encuentra. «Lo que yo pienso es dedicarle todas mis fuerzas a hacer lo que realmente quiero hacer, porque creo que cosas buenas pasan de hacer lo que uno en verdad quiere hacer», afirma.
mrjc/fotos Larepublica.ec