Guayaquil.- «Caudal» es la nueva serie del artista cuencano Pablo Cardoso, que se expone en galería DPM en Urdesa, con la que suscribe nuevamente su compromiso con la defensa del medio ambiente y del agua, que, a su entender, «es uno de los temas más críticos que ahora se están dando y que se seguirán dando en el país».
«He usado las aguas como un tema simbólico para tratar un tema que me parece muy importante. Me parecía que eran unas aguas como para darse un baño simbólico, para sumergirse en ellas. Luego, también he tenido un hijo hace poco que se llama ‘Yaku’, que significa agua en quechua, por lo que he redoblado mi compromiso con la conservación del medio ambiente».
Otras de los temas de sus cuadros tienen que ver con los asuntos mineros, con el territorio que ha sido agredido, lo que está muy vinculado con el tema arqueológico y con la cultura Cañari.
Pablo ha comenzado ésta serie por los ríos del Azuay, por ninguna razón en especial, sino porque quedan cerca de donde vive, porque los conoce muy bien, y está sentimentalmente ligado a ellos por sus recuerdos, pero tiene pensando ampliarla a otros ríos. En ésta serie aparecen los ríos Santa Bárbara, Tomebamba, Yanuncay, Machángara, entre otros.
«Me intereresa», dice el artista, «tener una mirada desde el río, desde el caudal, desde ésa fuerza. Porque esta es una obra en cierto sentido muy visceral, y esa visceralidad está relacionada con la sensibilidad del trabajo artístico, que tiene que ver con los artistas que los llevaban a las expediciones científicas, pare obtener un registro de los paisajes visitados, y que ha sido un tema que he venido trabajando con anterioridad».
«Me interesa tomar apuntes visuales, científicos, incluso, de los espacios geográficos. De ahí que esta serie tiene ese aspecto de la pintura decimonónica, la cromática de la época. Por otra parte, es una obra que también se mueve en el entorno del oficio, la pintura como tal, porque al mismo tiempo que reproduzco estas imágenes, no intento hacer una reproducción de los paisajes de esta serie, sino jugar con el ejercicio de la mancha, de la pintura como tal, y nuevamente hace referencia a estos los artistas expedicionarios de los tiempos antes de la fotografía, que transmitían desde su cabeza, desde su memoria lo que eran estos espacios.»
mrjc/Fotos LaRepública.ec y dpmgallery.
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