El Museo Violeta Parra muestra el universo íntimo de la cantautora chilena

SANTIAGO DE CHILE (CHILE), 17/10/2015. Fotografía del 9 de octubre de 2015 que muestra a un hombre observando la tela bordada titulada "El circo" de la artista Violeta Parra en la exhibición en Santiago de Chile (Chile). El Museo Violeta Parra acaba de abrir sus puertas en Santiago para mostrar el gran legado artístico y el universo íntimo de la cantautora chilena a través de sus objetos personales y de una veintena de obras visuales. EFE/Felipe Trueba

Santiago de Chile, (EFE).- El Museo Violeta Parra acaba de abrir sus puertas en Santiago para mostrar el gran legado artístico y el universo íntimo de la cantautora chilena a través de sus objetos personales y de una veintena de obras visuales.

Más de dos décadas ha debido esperar la familia de la fallecida autora e intérprete de «Gracias a la vida», que este mes habría cumplido 98 años, para concretar el sueño de inaugurar una galería que lleva su nombre y reúne parte de su multifacética obra.

«Sentimos que hemos llegado al final de un largo camino. Hemos pasado veinte años golpeando puertas, mostrando y ofreciendo la obra de Violeta Parra», explica a Efe Ángel Parra, hijo de la folclorista y reconocido músico chileno.

Parra subraya que esta iniciativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelet «sobrepasa a cualquier Gobierno, porque es el Estado el que salda una deuda».

«Incluso me atrevo a hablar de la patria, porque esto es hacer patria. Este legado le pertenece al pueblo chileno, como quería mi madre», añade.

Las obras -entre las que hay óleos, arpilleras y trabajos en papel maché- llegaron desde diferentes partes del mundo, donde se encontraban cobijadas por las «embajadas amigas», como Cuba y Francia.

«Mi hermana, algunos amigos y yo guardamos todas estas obras, nunca vendimos nada, vivimos un golpe de estado (1973) con asesinatos y torturas, yo pasé 18 años exiliado y todo el tiempo protegimos la obra», enfatiza emocionado Ángel Parra.

Dentro de esta colección también se encuentran manuscritos, diarios de vida de su puño y letra, fotografías y objetos personales como su guitarra, un arpa y una máquina de coser aportadas por la Fundación Violeta Parra, integrada principalmente por su familia.

«Todo el trabajo de mi madre consistió en entregar al pueblo chileno una identidad, en momentos en que era mucho menos peligroso que hoy», subraya Parra, quien considera que actualmente existe una invasión cultural y económica procedente del extranjero que él denomina «colonialismo americano».

Esta herencia de Violeta Parra, nacida en 1917 en el seno de una familia formada por una campesina y un profesor de música, es el reflejo de su postura y sus emociones ante los movimientos políticos y sociales de la primera mitad del siglo XX, fruto de la urbanización y la industrialización del país.

Es por ello que este centro cultural es tan híbrido como la definición de la palabra «popular», toda vez que fusiona las más diversas piezas de la colección de la autora de «Volver a los 17» referidas a las expresiones del mundo campesino, la cultura de lo urbano, lo indígena, lo religioso y lo simbólico.

«Este museo será un frente de resistencia cultural, porque Chile se ha convertido en una vitrina mundial del capitalismo. Ni siquiera el agua de los ríos nos pertenece. Ya todo está privatizado», se lamenta Ángel Parra.

El Museo Violeta Parra se encuentra a pocos pasos de la plaza Italia, en el centro neurálgico de Santiago, en una moderna edificación blanca de 1.300 metros cuadrados diseñada por el arquitecto Cristián Undurraga, creador del Centro Cultural Palacio de La Moneda, el Museo de Artes Visuales y el pabellón de Chile en la Expo Milán 2015.

En la sala se encuentra gran parte de la vasta obra de la cantautora, oriunda de la provincia de Ñuble, en el sur de Chile, y a través de ella se puede conocer más de su vida, que trasciende la música.

El recorrido empieza por una vereda que plasma en sus muros los versos de Nicanor Parra, hermano mayor de Violeta, para terminar en un espacio interactivo diseñado para talleres infantiles, con antiguos objetos que hacen un recorrido por la vida y los afanes de la artista. Además hay una sala audiovisual donde se proyecta de manera permanente un vídeo biográfico.

Sus obras están divididas en dos salas, llamadas «A lo humano» y «A lo divino». Los cuadros son los mismos que en el año 1964 fueron expuestos por primera vez por una latinoamericana en el Museo del Louvre en París.

El Museo Violeta Parra respira música y poesía por todos sus rincones, está lleno de sorpresas y merece una parada obligatoria dentro del circuito cultural chileno, que para muchos será el primer acercamiento con la obra visual de una de las más creativas y audaces artistas que ha tenido el país austral. EFE

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