Novela evoca la tragedia de los judíos del buque Saint Louis

Armando Lucas Correa, editor en jefe de People en Español, posa con ejemplares en español e inglés de su novela "La niña alemana" en su oficina en Nueva York, el martes 24 de enero del 2017. (AP Foto/Richard Drew)

NUEVA YORK (AP) — Una frase de su abuela despertó la curiosidad y sensibilidad de un joven Armando Lucas Correa en La Habana y terminó por desembocar años después en su exitosa primera novela, «La niña alemana».

«Decía que por los próximos 100 años Cuba iba a pagar y estaba pagando por lo que le había hecho a los refugiados judíos», contó el autor y periodista radicado en Nueva York.

Su abuela se refería al caso del Saint Louis, un trasatlántico que arribó a la isla proveniente de Hamburgo con más de 900 inmigrantes que escapaban de la Alemania nazi, y que el gobierno rechazó luego de dar entrada a sólo 28. Tras ser denegados también en Estados Unidos el barco volvió a Europa, donde 287 recibieron asilo de Gran Bretaña. Del resto, muchos acabaron en los campos de exterminio.

«Yo crecí con eso, discutiendo con mi abuela, culpando a (Fulgencio) Batista que era el jefe del ejército, que quién tenía la culpa, que cómo no aceptaron a esos judíos, que eso era una vergüenza», relató Correa en una entrevista reciente en las oficinas de la revista People en Español, donde se desempeña como editor en jefe.

Publicada en español e inglés por Atria (con una traducción del reconocido intérprete Nick Caistor), «La niña alemana» sigue a Hannah, una pequeña berlinesa de 11 años que llega con su familia a Cuba en el Saint Louis, y Anna, otra niña de la misma edad en la Nueva York actual, cuyas vidas se cruzan. Está narrada en primera persona por ambas, Hannah y Anna, en capítulos intercalados que las llevan de la capital alemana a la Gran Manzana y a una colorida Habana.

Correa captura la atención del lector desde la primera línea: «Voy a cumplir doce años y ya lo he decidido: mataré a mis padres», Hannah afirma.

«El principio fue una página, esa página se convirtió en tres párrafos, de tres párrafos lo reduje a un párrafo hasta que lo dejé en una oración», dijo Correa. «Yo quería que tú te metieras en ese mundo y vieras el nivel de desesperación que tenía una niña que puede tomar una decisión tan drástica como esa».

Tras una investigación extensa y obsesiva — Correa no sólo leyó todos los libros sobre el Saint Louis, también los adquirió junto con algunos artefactos de la época — el autor dio forma a la novela inspirado en su propias anécdotas y familia y consiguió la voz de su protagonista en casa: «Yo todo el tiempo que escribí pensé en mi hija, me sentí como padre con esos niños», dijo.

Relató que cuando entró a la escuela secundaria en Cuba se estudiaba ruso y que su abuela lo mandó a estudiar inglés con un alemán cascarrabias que todos los niños repudiaban y al que llamaban «el nazi». «Después, ya cuando fui a ‘college’, me enteré por un amigo que aquel viejo era un refugiado judío que mi abuela ayudaba», contó con entusiasmo.

Hannah, cuando crece en Cuba, se convierte en una profesora de inglés a la que llaman «la nazi» y su madre, Alma, dice al envejecer que Cuba va a pagar durante los próximos 100 años por lo que hizo.

«La niña alemana» está disponible en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia, Nueva Zelandia, España, México, Colombia, Chile y Argentina, entre otros países. En febrero llegará a Noruega y en los próximos meses a Polonia, Italia, Dinamarca, Suecia, Alemania y Grecia.

Correa, quien tras terminar su ópera prima logró reunirse con algunos sobrevivientes del Saint Louis, planea escribir dos novelas más relacionadas con este tema.

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