Ley antigay rusa pasa a segundo plano en Mundial

MOSCU (AP) — Los competidores en el Mundial de atletismo mantienen sus ojos en la línea de meta y han relegado la controversia sobre la nueva prohibición de «propaganda» homosexual en Rusia a su visión periférica.

La legislación, aprobada a finales de junio, ha generado fuertes llamados entre activistas de Occidente a boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno, que se realizarán en la ciudad rusa de Sochi en febrero.

La intersección entre política y deporte puede ser delicada, como lo demuestra el Mundial de atletismo de este año. La competencia se lleva a cabo en el Estadio Luzhniki, la sede principal de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 que Estados Unidos boicoteó.

Si bien los atletas de este Mundial no serán quienes compitan en Sochi, es el primer evento deportivo importante realizado por Rusia desde que la ley fue aprobada. El evento también es visto como una prueba informal para los Juegos Olímpicos.

Rusia también será sede del Mundial de natación en 2015 y del Mundial de fútbol en 2018, por lo que es muy probable que la manera en que la ley será cumplida sea un tema que se discuta por mucho tiempo.

Algunos de los competidores en la capital rusa dicen que los atletas no deberían ser usados como peones y debería dejarse a sus conciencias individuales si protestar o boicotear.

«Si los atletas desean hacerlo, está bien. Si los políticos les dicen que lo hagan, eso es diferente», dijo el fondista neozelandés Zane Robertson. «No hacemos esto por la política».

Pero al menos alguien siente su consciencia acallada por la ley rusa, que especifica que los extranjeros pueden ser detenidos hasta por 15 días y deportados por violaciones a la ley.

«No puedo hablar al respecto», dijo el corredor estadounidense Nick Symmonds, conocido por ser muy abierto al hablar sobre cuestiones sociales. «A uno no se le permite hablar al respecto aquí. Me meterán a la cárcel por ello».

En un texto publicado en el blog de Runner’s World y escrito por Symmonds antes de su llegada a Moscú y ganar medalla de plata en los 800 metros planos, el estadounidense mostró su apoyo a los derechos de los homosexuales.

«Si me enfrento en una carrera a un atleta ruso, estrecharé su mano, le agradeceré por la generosa hospitalidad de su país y luego, después de patear (su trasero) en la carrera, silenciosamente dedicaré mi triunfo a mis amigos gays y lesbianas en Estados Unidos. A mi regreso, seguiré luchando por sus derechos en mi querida unión democrática».

La preocupación de Symmonds sobre la posibilidad de ser arrestado subraya la manera en que la vaguedad de la ley la hace intimidante. La definición legal de «propaganda» depende de la intención. Alguien que distribuya información con la «intención» de persuadir a menores de edad que las relaciones sexuales no tradicionales son «atractivas» o «interesantes» o incluso «socialmente equivalentes a las relaciones tradicionales» podría ser acusado de violar la ley.

Rusia ha dado señales contradictorias sobre la manera en que la ley se aplicará en los Juegos Olímpicos de Invierno. Algunos señalan que la ley sería suspendida durante las olimpiadas, pero el ministro del Interior ha asegurado que se aplicaría. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, dijo la semana pasada que el gobierno ruso le informó por escrito sobre la ley, pero que es necesaria una mayor claridad. La FIFA también ha pedido «aclaración y más detalles» sobre la nueva legislación.

Durante los Juegos Olímpicos, el COI prohíbe que los atletas den declaraciones sobre asuntos políticos. En el Mundial de atletismo, el dos veces campeón mundial Bernard Lagat no parece tener problemas con ese enfoque, prefiriendo concentrarse en su actuación en lugar de la controversia.

«Con mucho gusto responderé todas esas preguntas cuando regrese a casa», dijo Lagat, que clasificó a la final en 5.000 metros masculina. «Pero aquí quiero enfocarme en las cosas que necesito hacer».

Más relacionadas