Exfuncionario de «Fútbol para Todos» dice que decisiones las tomó Cristina Kirchner

Cristina Kirchner, y Julio Grondona. Foto de archivo.

Buenos Aires, 15 nov (EFE).- Alejandro Paladino, ex coordinador del programa gubernamental por el que entre 2009 y 2017 se transmitieron de forma gratuita los partidos de fútbol en Argentina, vinculó hoy a altos cargos del kirchnerismo en el escándalo de corrupción conocido como ‘FIFAgate’.

El excoordinador de «Fútbol Para Todos» (FPT) durante el Gobierno de Cristina Kirchner (2007-2015) negó haber recibido sobornos millonarios cuando estaba en el cargo y aseguró que estas decisiones dependían de la expresidenta y de su entorno más cercano.

En una entrevista con Radio Con Vos, Paladino salió al paso de las versiones ante la Justicia estadounidense del exdirector ejecutivo de la empresa argentina de mercadotecnia Torneos y Competencias Alejandro Burzaco.

Según Burzaco, pagó cuatro millones de dólares a Paladino y al abogado Jorge Delhon, que anoche se suicidó en la provincia de Buenos Aires después de que se difundieran estas acusaciones.

Las autoridades estadounidense investigan los supuestos casos de corrupción de la FIFA y la implicación de empresarios y funcionarios del país austral

Este miércoles, Paladino aseguró que las decisiones no se tomaban desde «Fútbol Para Todos» y responsabilizó al propio Burzaco y Julio Grondona, quien estuvo 35 años al frente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y 26 como miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA.

Fallecido en 2014, Grondona también está implicando en el escándalo de corrupción.

«Burzaco, en los últimos años de Julio Grondona, se transforma en el hombre fuerte del fútbol argentino y, de la mano de Grondona, se sienta en los sillones más importantes del Gobierno», señaló antes de asegurar que el dirigente se reunía con Kirchner, su hijo Máximo Kirchner y el exsecretario legal y técnico de la Presidencia Carlos Zannini (2003-2015).

«Las decisiones no las tomábamos nosotros. El que contrataba era la Jefatura de Gabinete», por orden de altos cargos políticos, pero «nosotros jamás, nosotros discutíamos las cuestiones operativas que tenían que ver con la sede, con los horarios…», agregó.

«Este hombre (por Burzaco) ha respondido para mejorar su situación con una acusación semejante», señaló.

Consultado por lo ocurrido con Delhon -quien en ese momento era un abogado contratado por la Jefatura de Gabinete kirchnerista-, Paladino insistió en que no tenía ninguna responsabilidad en ninguna estructura ni administrativa ni económica, sino que sólo era un asesor que firmaba los convenios de retransmisión con los canales.

Además, reveló que habló con él pocas horas antes de su muerte para tratar de tranquilizarle por las acusaciones de Burzaco y afirmó que está viviendo «una pesadilla enorme» después de que Delhon, que era «un amigo de la familia», acabase con su vida al tirarse a las vías del tren en la localidad bonaerense de Lanús.

El «FIFAgate» se destapó a finales de mayo de 2015, en vísperas del congreso en el que iba a ser reelegido presidente el suizo Joseph Blatter, cuando la policía, en una operación conjunta entre EEUU y Suiza, irrumpió en el hotel de Zúrich donde se alojaban la mayoría de los directivos y realizó varias detenciones.

Torneos y Competencias, dedicada a transmitir eventos deportivos, admitió haber sobornado a la FIFA para obtener los derechos del Mundial en 2018, 2022, 2026 y 2030. Burzaco dijo también que había pagado 600 mil dólares al Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, para obtener los derechos de los partidos de Ecuador en la Copa América. Los derechos luego fueron revendidos a los canales bajo el contro del gobierno de Rafael Correa.

En diciembre de 2016, la empresa negoció un acuerdo con las autoridades en Estados Unidos para pagar casi 113 millones de dólares de multa para cerrar el caso.

Al margen de la multa, la compañía se comprometió a continuar colaborando con la investigación de las autoridades y a mejorar sus controles internos para evitar prácticas corruptas.

Antes, Burzaco había aceptado pagar una multa de 21,6 millones de dólares por varios cargos de blanqueo de dinero y fraude electrónico que se habían presentado en su contra. EFE

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