Pablo Arosemena: cuando se crea un nuevo impuesto es un fracaso de la creatividad

Pablo Arosemena, Presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil

Pablo Arosemena, economista y presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, analizó el estado actual de la economía ecuatoriana en el programa ‘24/7 con Jorge Ortíz’.

En primer lugar se refirió a las reformas tributarias. Identificó dos problemas derivados de estas: Por un lado la falta estabilidad, pues, a su criterio, lo que quieren los emprendedores, grandes y pequeños, es que haya cierta estabilidad para que los impuestos sean previsibles. “Es importante que empiece a haber menos perfeccionamiento tributario, es decir, que dejen de pensar en como aumentar los impuestos que ya existen”, comentó. Arosemena considera que lo urgente es pensar en cómo, manteniendo los impuestos que se tiene, se puede generar una mayor recaudación.

“Nosotros pensamos que cuando se crea un nuevo impuesto es un fracaso de la creatividad porque siempre hay maneras más interesantes para poder conseguir financiamiento”, señaló respecto de la creación de los nuevos impuestos: a la comida chatarra, a la plusvalía y a la participación de los trabajadores de las compañías telefónicas.

A criterio del economista guayaquileño, estos tributos, si bien nos dicen que son impuestos regulatorios y no recaudatorios, al final del día sirven para darle más recursos al Estado. Además, afirmó, estos impuestos los termina pagando el consumidor lo cual no incentiva la economía y no ayuda a que el país se dinamice.

Calificó de “nocivo” al impuesto a la comida chatarra. Contó la experiencia del Fat Tax en Dinamarca, que duró solamente 18 meses porque con éste no se logró cambiar los hábitos alimenticios de la gente, se afectó el empleo y produjo inflación. Piensa que el impuesto a las llamadas comidas rápidas afectará, sobre todo, a personas de estratos sociales bajos porque esa es comida más barata. Es decir, cree que se trata de un impuesto regresivo, “paga más fuerte el que menos tiene”, apuntó.

Sobre el impuesto a la plusvalía dijo que siempre los gobiernos seccionales lo han cobrado pero que, ahora, el gobierno central busca aumentarlo para obtener más recaudación. El tema de fondo, en su opinión, es conceptual: el gobierno piensa que una persona por el mero hecho de comprar una tierra y al cabo de un tiempo venderla con una plusvalía alta se beneficia de una injusticia. “No necesariamente”, dijo Arosemena, “un empresario tiene visión y puede tener riesgos con su patrimonio, este tipo de impuestos mata la visión empresarial y consigue que la gente no invierta”.

Para atraer inversión Arosemena piensa que el país no debe hacer cosas indecorosas, se requiere normas claras, que no haya ambigüedad en la normativa societaria, tributaria, laboral y constitucional, es decir, que sean normas que permitan previsión. “Y más allá de que sean claras y permanentes, que sean amigables, como de algún modo se intentó hacer en el Código de la Producción, pero que no fue suficientemente atractivo”, dijo.

Además, criticó un tributo que tiene el Ecuador y no otros países vecinos que es el impuesto a la salida de divisas, el cual, en su opinión, no tiene razón de ser. “Su única razón de ser es que recauda mucha plata, casi el 10 por ciento de la recaudación tributaria, son como 13 mil millones de dólares por recaudación tributaria, 1200 o 1300 millones vienen por este concepto”, enfatizó. Para Arosemena, el gobierno podría recaudar mucho más eliminando ese impuesto y atrayendo nuevo capitales, recaudaría más impuesto a la renta y más IVA.

Por último, analizó y refutó la idea de que la economía ecuatoriana actual pasa por un buen excelente momento.

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