Glenn Close recibirá el premio Donostia en San Sebastián

 

Glenn Close se prepara para recibir esta noche el premio Donostia, galardón de honor que otorga el Festival de San Sebastian. Close presenta Albert Nobbs, su último filme, y el tercero con el director Rodrigo García.

Tras las sonrisas de rigor para los fotógrafos en la rueda de prensa, la cinco veces candidata al Oscar (nunca lo ha obtenido) defendió con vehemencia Albert Nobbs, la historia de una mujer que se hacía pasar por hombre para poder sobrevivir, trabajando como camarero en un hotel en el Dublín de la época victoriana, publicó El País. Lo defendía porque Close es productora, coguionista y lleva años detrás de este drama. «Encarné a Albert Nobbs en el Off Broadway en 1982, cuando la adaptamos de un cuento corto. Era una obra austera, con mimo, muy pura». Eso se quedó en su mente. «Hace diez años estuve a punto de levantar la película y perdimos entonces la oportunidad. Es la primera vez que produzco para cine, aunque ya lo había hecho en televisión. Ni un penique de Albert Nobbs ha salido de Hollywood -estoy muy orgullosa de decir esto- y muchos inversores eran novatos en el cine: fue emocionante introducirles en este mundo». Batalló y batalló. «Enseñé esta historia a muchos amigos. Algunos estaban ocupados, otros no la veían. Cuando rodé Cita con Venus, con István Szabó, él me dijo que sí la entendía, que había vivido en varios regímenes y entendía cómo era eso de cambiar la cara según quién estuviera delante. Lo llevó a lo político e hizo un tratamiento de guion. Pero no logramos sacarlo, conocí más tarde a Rodrigo, y quise llevarla a ese terreno más personal. Aun así István está en los títulos de crédito porque hizo una gran labor».

Close sacó la pasta con reuniones y cenas con gente de medio mundo. Tras arrancarse a cantar un verso de una canción del musical Sunset Boulevard, que interpretó en Broadway, explicó entre risas y aplausos: «En Dallas, en una cena con unos posibles productores tejanos, me pidieron cantar, y para conseguir el dinero lo hice. La sala era pequeña y mi voz tan alta, que creo que les convencí al instante». En realidad, cada vez que Close ha estado en el certamen de San Sebastián, ha cantado: cuando presentó Cita con Venus, y preguntada sobre si la voz de la cantante de ópera que encarnaba era la suya, también demostró en rueda de prensa su facilidad para el canto.

No es la primera vez que Close hace de hombre en el cine, aunque en la otra ocasión fue un divertimento: «Fui con mi hija a ver a Robin Williams, gran amigo, al rodaje de Hook y Steven Spielberg me propuso salir de pirata. Nadie supo durante tres días que yo era Glenn Close, incluso intentaron ligar conmigo». Más en serio, Close explicó cómo ve las diferencias sexuales: «Los hombres y las mujeres somos muy diferentes. Nosotras somos muy complejas. Es difícil convivir entre los dos sexos… O al menos eso pensaba antes. Las cosas cambian y ahora tengo un marido maravilloso. Es diferente, eso sí, la lucha de ser una madre trabajadora. Cuando los niños crecen, tienes que elegir si merece la pena lo que te ofrecen porque te vas a alejar de ella. Una vez le pregunté a mi hija que qué quería al irme a un rodaje y me respondió: ‘Te quiero a ti’. Pero tengo suerte, ella ha entendido muy bien mi profesión». Y siguió con lo de hombre / mujer, motor del filme: «En Hollywood es más fácil sobrevivir como hombre. Cuando cumples los 30, empiezas a desaparecer, y de paso desaparecen papeles de mujer fuerte. Es problemático para las mujeres, yo he tenido suerte en ese mundo. Siempre he pensado que si no me llegaban papeles, tenía que crearlos, que producir y levantar las películas yo misma». Volviendo a su Albert Nobbs, comentó: «Espero que la gente entienda cuando acabe la película que el género es irrelevante».

El Oscar

La rueda de prensa era también por el Premio Donostia, así que Close reflexionó en diversas respuestas sobre su carrera y los galardones, incluido el inasible Oscar. «No creo que haya interpretado a tantas villanas. Mala, mala, solo era Cruella de Vil. El resto han sido mujeres en mundos de hombres y si los interpretara un hombre hubiéramos dicho: solo están haciendo su trabajo. Sí, incluyo a la marquesa de Las amistades peligrosas. Me he pasado gran parte de mi vida profesional con corsés. Con la marquesa tuve suerte, había dado a luz siete semanas antes y eso realzaba mis pechos. El corsé te ayuda a saber cómo se mueven los personajes. En el caso de Albert Nobbs, mujer metida a hombre, ese corsé es un vendaje, mejor, una jaula». ¿Y el fatídico Oscar? ¿Otra vez se lo quitará Meryl Streep con su papel de Margaret Thatcher en La dama de hierro? «Sería maravilloso que me seleccionaran para el Oscar, hace años que no me pasa. Al inicio de mi carrera decidí que solo elegiría guiones bien escritos, que no trabajaría por dinero o por si me podían dar premios: ese es un territorio peligroso. No merece la pena. ¿Streep? Con ella nunca hablamos del Oscar, creo que hablamos de nuestros hijos. No es una amiga cercana pero la respeto mucho. Soy muy fatalista, no hablo de los Oscar, porque no hablo de cosas hasta que hayan pasado. En cuanto al Donostia, estoy increíblemente conmovida. Cuando empiezas una carrera, nunca sabes adónde vas a llegar. Llega un momento en que descubres que tienes un gran currículo. Y solo por ser fiel a tus ideas. Recibir un premio por algo tan frágil como es la vida de un actor me hace ser mucho más humilde. Es un gran momento para mí».

¿Qué retos le quedan a Close? «Tengo que grabar otra temporada de Daños y prejuicios, y luego ni idea. Me gustaría escribir algo, pero desde una página en blanco. Tengo una idea, me gustaría saber adónde me lleva: ese será mi siguiente reto. Como actriz quiero conectar con las personas, poder recordar en el cine qué es el ser humano.Albert Nobbs te lo recuerda: te conecta con otros seres humanos y te subraya la importancia de la humanidad».

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