Benedicto XVI promete respeto y obediencia al futuro Papa

El Papa Benedicto, en febrero de 2013.

CIUDAD DEL VATICANO. — En su última reunión con los cardenales antes de iniciar su retiro, Benedicto XVI prometió el jueves «obediencia incondicional» a quien sea su sucesor, una despedida conmovedora antes de que se convierta en el primer papa en 600 años en renunciar.

El pontífice pareció tratar de calmar las preocupaciones sobre posibles conflictos derivados de la situación peculiar de tener un papa reinante y otro jubilado.

Al pronunciar un discurso inesperado, Benedicto XVI también pidió a los llamados «príncipes» de la Iglesia católica a que dejen de lado sus diferencias, cuando elijan al próximo papa.

El pontífice instó a los cardenales a trabajar unidos, de manera que el Colegio de Cardenales sea «como una orquesta», donde se puedan lograr «el acuerdo y la armonía» pese a la diversidad de opiniones.

Agregó que rezará por los cardenales en los próximos días mientras eligen a su sucesor.

«Entre vosotros, en el Colegio Cardenalicio, está el futuro papa, al que ya prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré cerca de vosotros con las plegarias, especialmente en estos días (del cónclave), para que seáis plenamente dóciles a la acción del Espíritu Santo en la elección del papa», afirmó Benedicto XVI, al que se le vio sereno, sonriente y relajado, en el discurso de despedida a los cardenales.

«Permanezcamos unidos, queridos hermanos, en las plegarias y especialmente en la Eucaristía. Así servimos a la Iglesia y a toda la humanidad. Esta es nuestra alegría, que nadie nos puede quitar», agregó.

La decisión de Benedicto XVI de vivir en el Vaticano durante su jubilación —tiempo en el que será denominado como «papa emérito» o «su santidad» y llevará la sotana blanca asociada con el papado— ha intensificado el temor de que influya sobre el próximo papa. Sin embargo, Benedicto XVI ha tratado de alejar esas preocupaciones, diciendo que una vez que se jubile estará «escondido del mundo».

El papa se despidió de los cardenales en la monumental Sala Clementina. Asistieron un centenar y tras sus palabras departió uno a uno con todos los purpurados.

En algunos momentos se le vio reír con ganas, cuando algún cardenal, como el filipino Luis Antonio Tagle, de 55 años, el más joven de los purpurados, algo le dijo al oído.

En nombre de los cardenales, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, le expresó «gratitud» por sus ocho años de pontificado.

Sodano dijo que todos, «con ansiedad», se unían alrededor del papa y recordó la frase pronunciada por Benedicto XVI al final de los recientes ejercicios espirituales, cuando les agradeció «por estos ocho años en los que llevasteis conmigo con gran competencia, afecto y amor, el peso del ministerio petrino», para afirmar que son ellos, los cardenales, los que tienen que agradecerle a él «el ejemplo que nos ha dado en estos años».

El decano dijo que la voz de la Iglesia se escuchará en la tierra hasta que la voz del ángel del Apocalipsis proclame «el tiempo se ha acabado, se ha cumplido el misterio de Dios».

«Terminará así la historia de la Iglesia junto a la historia del mundo», precisó el purpurado.

Alrededor de las 5 de la tarde hora local, Benedicto XVI dejará el palacio por última vez como pontífice y partirá en helicóptero hacia el retiro papal de Castel Gandolfo, al sur de Roma.

Allí, a las 8 de la noche en punto, Benedicto XVI se volverá oficialmente el primer pontífice en 600 años en dimitir. Las puertas del palacio apostólico vaticano se apagarán y la Guardia Suiza estará fuera de servicio temporalmente.

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  1. Simon Bolívar dijo una vez «¿Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano? el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo»

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