Bachelet y Rousseff, dos presidentas en horas bajas

Michelle Bachelet. Foto de archivo

La crisis de popularidad por la que atraviesan dos de las tres presidentas latinoamericanas, la brasileña Dilma Rousseff y la chilena Michelle Bachelet, plantea la pregunta de si los ciudadanos exigen más a las mujeres que llegan a la cúspide de la política que a los hombres.

En ambos casos el destape de casos de corrupción y una coyuntura económica desmejorada son factores determinantes en la pérdida del favor, pero esos dos aspectos negativos se dan en otros países de la región sin que sus presidentes sufran el rechazo de la ciudadanía en la misma proporción.

Con un 36 % de apoyo a su gestión y un 19 % de credibilidad, según una encuesta divulgada hoy, Bachelet atraviesa el peor momento de su segunda presidencia no consecutiva, iniciada en marzo de 2014.

Rousseff, que inició su segundo mandato consecutivo en enero de 2015, aun está peor que su homologa chilena.

El nivel de aprobación de su Gobierno es del 7,7 %, según un sondeo hecho público también hoy.

Aunque no hay mediciones recientes sobre la popularidad de Cristina Fernández, presidenta de Argentina, algunas consultoras y analistas la situaban entre un 40 y un 50 % en mayo.

En cualquier caso en la última evaluación de los presidentes latinoamericanos realizada por la consultora mexicana Mitofsky a partir de encuestas publicadas en los respectivos países las tres jefas de Estado actuales en Latinoamérica están de la mitad para abajo en la lista que encabeza el dominicano Danilo Medina (89 %).

Rousseff está en el último puesto, el 21, y Bachelet en el 15, es decir en la cola.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, un país que atraviesa por una crisis económica y social sin precedentes, está en el puesto 17, con una mayor aprobación que la de ambas presidentas.

A comienzos de este mes, la VI Reunión de Ministras y Altas Autoridades de la Mujer del Mercosur, celebrada en Brasilia, emitió una declaración de rechazo a la «misoginia» de la que, a juicio de las reunidas, son víctimas Dilma Rousseff, Cristina Fernández y Tibisay Lucena, la presidenta del Consejo Nacional de Venezuela.

Así lo informó la ministra venezolana de la Mujer, Gladys Requena, impulsora de la declaración, al término de la reunión.

Según Requena, se trató de llevar al seno del Mercosur «una protesta en contra de las ofensas y el odio hacia las mujeres que muestra la derecha nacional venezolana, la derecha internacional de Brasil y Argentina. Allí reivindicamos a estas tres mujeres en una declaración conjunta y respaldada por unanimidad por los cinco países que son parte de este Tratado (del Mercosur)».

Chile no es miembro del Mercosur. Si lo fuera, quizás la declaración hubiera incluido a Bachelet, que gozó de un amplio respaldo popular durante su primera presidencia (2006-2010) y después fue la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres, una organización que defiende la igualdad de género y busca e empoderamiento femenino.

La encuesta Barómetro de la Política, publicada hoy y realizada por Consultora Mori y el Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), muestra un Chile pesimista y desencantado, principalmente por los escándalos de corrupción aireados este año, que no confía en la política y en las instituciones, ni tampoco en su presidenta.

Desde septiembre de 2014 la aprobación del Gobierno viene disminuyendo de manera consecutiva. En ese periodo, dice el Barómetro, aumenta en 20 puntos porcentuales, de 36 a 56 % el porcentaje de los que no aprueban al Ejecutivo.

En el caso concreto de Bachelet, cuyo hijo mayor está implicado en uno de los escándalos, solo un 19 % de los encuestados dice creer en ella y un 67 % opina que no se podrá acabar con la corrupción.

Rousseff, cuyo Gobierno solo es aprobado por el 7,7 %, tampoco goza de gran credibilidad.

Un 69,2 % de los encuestados por la firma MDA para la Confederación Nacional del Transporte consideró que Rousseff tiene algún grado de culpa en la gran red de corrupción que operaba en la petrolera estatal Petrobras, algo que ella niega reiteradamente desde el estallido del escándalo.

Según el sondeo, un 62,8 % de las personas consultadas se mostró a favor del juicio político a la presidenta que plantean sectores minoritarios de la oposición.

La economía tampoco ayuda, con previsiones de una contracción de PIB para este año de al menos un 1,2 %, y un aumento de la inflación y el desempleo.

En una entrevista concedida a The Washington Post a fines de junio, antes de iniciar una visita oficial a Estados Unidos, Rousseff manifestó que siente que hay un doble rasero a la hora de juzgar a presidentes y presidentas.

«Creo que hay un poco de prejuicio sexual o de género. Me describen como una mujer dura y fuerte que mete su nariz en todo lo que no debería», dijo antes de rematar su idea: «¿Usted escuchó alguna vez decir a alguien que un presidente hombre pone su dedo en todo? Yo nunca escuché algo así». EFE [I]

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