Caos en estación de tren de Budapest por crisis migratoria

Migrantes protestan frente a la estación de ferrocarriles Keleti en Budapest, Hungría, el martes 1 de septiembre de 2015, después que la policía les evitó subir a un tren hacia Alemania y evacuó la estación. (Zoltan Balogh/MTI vía AP)

BUDAPEST, Hungría (AP) — Migrantes furiosos corearon a gritos «¡Libertad! ¡Libertad!» y exigieron este martes poder utilizar los boletos de tren que compraron para tomar trenes a Austria y Alemania, después que Hungría suspendió temporalmente todo el tráfico ferroviario desde su principal terminal en Budapest y desalojó a cientos de ellos en la estación.

El caos se apoderó de la estación de Keleti, en Budapest, donde en los últimos días miles de migrantes han partido en ferrocarril a dos de los países más ricos de la UE, los destinos más deseados después de huir de la inestabilidad del Oriente Medio y Asia.

La demanda para viajar por tren pareció aumentar después que 71 migrantes murieron la semana pasada, aparentemente asfixiados, en un camión húngaro que fue encontrado abandonado en Austria.

Las naciones europeas se han visto abrumadas este año por una ola de migrantes que han huido de la violencia y la pobreza, con más de 332.000 llegando hasta ahora, pero no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo manejar la crisis.

Alemania ha recibido muchos más inmigrantes que otros países del bloque de 28 naciones, mientras que las naciones en la primera línea de las fronteras europeas —Grecia, Italia, Macedonia, Serbia y Hungría— han sido escenario de enfrentamientos de la policía con los migrantes y muertes en el mar luego de que miles cruzan a diario el Mediterráneo en embarcaciones de contrabandistas no aptas para navegar en esas condiciones.

Los enfrentamientos estallaron a primera hora de la mañana, cuando algunos de los cientos de migrantes empujaron las puertas metálicas que conducían al andén donde un tren estaba por partir a Viena y Múnich, pero fueron bloqueados por la policía.

Las autoridades anunciaran por los altoparlantes de la estación que no habría salidas de trenes por tiempo indeterminando. Los agentes revisaron los documentos de los migrantes y aquellos con boletos de tren, pero sin visados de la UE, fueron expulsados de la estación.

El exterior de la estación se ha convertido en zona de paso y lugar de refugio para quienes escapan de la guerra de Siria y otros conflictos.

El ministerio del Interior de Hungría, una de las naciones más afectadas por la crisis migratoria en Europa, informó el martes que más de 156.000 migrantes han entrado este año. Precisó que alrededor de 142.000 personas han solicitado asilo, entre ellos 45.000 migrantes procedentes de Siria.

Mohammed —un economista de 24 años procedente de la ciudad siria de Alepo y quien rechazó identificarse con su apellido por miedo, ya que su familia sigue en Alepo— dijo que el caos de la estación de Keleti es la peor situación que ha vivido desde que abandonó su país.

Dijo que compró un boleto hacia Múnich por 200 euros (225 dólares) el lunes por la noche, luego de que la policía húngara le dijo que podría salir del país. A pesar de mostrar su pasaporte sirio a los agentes en el andén, le impidieron partir el martes porque no tenía un visado para Alemania.

Horas más tarde, se reanudó el servicio de trenes para aquellos pasajeros con documentos de viaje válidos, pero no para los migrantes.

El cierre de la estación pareció estar provocado en parte por la presión de otros países de la Unión Europea que intentan gestionar la llegada de miles de migrantes a través de Hungría. Europa se ha visto sobrepasada por una importante oleada migratoria, con más de 332.000 llegadas en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones.

La policía en Viena dijo que 3.650 migrantes llegaron el lunes a la estación Westbahnhof, procedentes de Hungría. La mayoría continuó su viaje hacia Alemania.

«Permitirles embarcar en Budapest (…) y ver cómo parten al vecino (Austria) no es política», dijo el canciller austriaco Werner Faymann a la televisora estatal ORF.

Además de las críticas a Hungría, las autoridades austriacas reconocieron también estar desbordadas por los miles de personas que llegaron en tren el lunes por la noche. La policía dijo que no tenía agentes suficientes para realizar controles efectivos, que normalmente supondrían devolver a Hungría a quienes no tengan documentos de viaje correctos para solicitar asilo en Austria.

En su búsqueda de traficantes de personas, las autoridades austriacas volvieron a implantar controles en algunos de los principales cruces fronterizos con Hungría. Utinform, la agencia de noticias húngara sobre tránsito, dijo que los autos que entraron a Austria por el paso de Hegyeshalom, en la principal autopista que une Budapest y Viena, sufrieron atascos de 6 kilómetros (3 millas y media) el martes.

Muchos de los migrantes entraron en Europa a través de Grecia. Luego viajaron hacia el norte a través de Macedonia y Serbia antes de entrar en Hungría.

La tensión entre Grecia y Macedonia, donde unas 1.500 personas esperan para cruzar, volvió a estallar el martes cerca de la localidad griega de Idomeni cuando cientos de personas, en su mayoría afganos y paquistaníes, intentaron atravesar la frontera custodiada por policías macedonios.

En Ginebra, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dijo que el número de mujeres y niños que huyen a través de Macedonia se triplicó en los tres últimos meses. Hasta 3.000 personas flanquean ese paso diariamente y casi uno de cada ocho es una mujer embarazada.

La guardia costera griega, por su parte, dijo el martes que en las últimas 24 horas rescató a más de 1.000 migrantes del mar frente a las islas del Egeo. (I)

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