Reino Unido: la evolución del Brexit

El exprimer ministro británico David Cameron, y la Canciller alemana Angela Merkel.

Nada es lo mismo en Reino Unido desde que el pasado 23 de junio el país decidiese en referéndum salir de la Unión Europea. Así, la consulta del llamado Brexit se saldó con un 51.9 % de los votantes a favor de abandonar la UE, frente a un 48.1 % partidario de permanecer y provocó un terremoto político, social y económico en el territorio británico.

Para empezar, el desenlace del referéndum causó la inmediata dimisión del hasta entonces Primer Ministro, David Cameron. El líder del Partido Conservador fue quien decidió poner en marcha la consulta, pero realizó campaña en favor de la continuidad en la UE oponiéndose así a gran parte de su formación política.  Cameron interpretó el triunfo del Brexit como una derrota personal y aseguró no ser el dirigente adecuado para continuar con la desconexión entre Reino Unido y Bruselas.

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Además, el resultado del referéndum produjo el desplome de los bonos británicos hasta niveles no vistos desde 1703 y el derrumba de las bolsas europeas. De igual modo, durante la mañana siguiente a las votaciones se registraron caídas de la libra que rozaron los mínimos de 1985. Por otra parte, la victoria de los euroescépticos caldeó las tensiones racistas en Reino Unido y provocó un brote de xenofobia hacia comunidades de migrantes como polacos o españoles. De hecho, algunas fuentes hablan de un aumento del 54% en ataques físicos o verbales contra los extranjeros.

La dimisión de Cameron no fue la única acaecida tras la celebración del referéndum. Así, tras una furibunda campaña a favor de abandonar la Unión Europea, el líder del derechista y euroescéptico UKIP, Nigel Farage, renunciaba a continuar al frente de su partido. Esta decisión pilló a muchos por sorpresa, pero Farage argumentó que su cometido estaba cumplido, pues ya había logrado poner a Reino Unido en el camino de salida de la UE.

Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido.
Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido.

El  futuro de Inglaterra tras el Brexit

A pesar de la convulsión que supuso el resultado del Brexit, la vida sigue y la maquinaria política se volvió a poner en marcha en Reino Unido para designar a un nuevo Primer Ministro. En este caso, la elegida fue Theresa May, diputada del Partido Conservador y defensora del abandono de la UE. May se convertía así en la segunda mujer en ocupar dicho cargo tras la también conservadora Margaret Thatcher, quien lo ostentó entre 1979 y 1990. La conservadora ya ha puesto fecha al divorcio entre Londres y Bruselas al anunciar que activará el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea –y por tanto comenzará el proceso de desconexión- en marzo de 2017.

Theresa Mau, primera ministra del Reino Unido.
Theresa Mau, primera ministra del Reino Unido.

Frente a May se sitúa ahora el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, diputado que se ha manifestado a favor de la permanencia de Reino Unido en la UE y que representa al ala más izquierdista de su formación política. De hecho, Corbyn es conocido por romper muy a menudo la disciplina de voto en el Parlamento británico para seguir sus convicciones progresistas más allá de lo establecido por su partido.  A pesar de no contar con el apoyo de muchos de los dirigentes laboristas, este líder sí despierta el entusiasmo de sus militantes, en especial de los más jóvenes. De hecho, tras su elección al frente del partido (sustituyendo a Ed Miliband), 24 horas, se registraron nuevas 15.000 afiliaciones en 24 horas.

Otro de los nombres que más han sonado al otro lado de Atlántico en los últimos meses es el de Boris Johnson, fervoroso defensor del abandono de la UE. Este periodista y político del Partido Conservador fue alcalde de Londres de 2008 a 2016 e incluso se postuló como sucesor de Cameron tras su dimisión. Sin embargo, Johnson retiró su candidatura y actualmente ejerce como Ministro de Exteriores de Theresa May. Este nuevo cargo le convierte en uno de los mandatarios encargados de gestionar y ejecutar el adió británico a Bruselas.

Boris Johnson, Secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido.
Boris Johnson, Secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido.

A pesar de su renuncia, son muchos los británicos que aspiran a ver a Boris Johnson como primer ministro de Reino Unido. Al menos así se refleja en páginas de apuestas como Betsson, donde el ex alcalde de Londres cuenta con un 11.1% de probabilidad de ganar, mientras que Jeremy Corbyn mantiene un 15.4%. De igual modo, este portal online revela que un 11.1% de los británicos creen que las próximas elecciones de Reino Unido se celebrarán en 2016, un 31.1% en 2017 y un 6.9% en 2018.

En cualquier caso, no se puede afirmar que el proceso de abandono de la Unión vaya a resultar rápido o sencillo. Para empezar, porque una vez invocado el ya citado el artículo 50, se pondrán en marcha diversos procedimientos jurídicos que podrían demorarse hasta dos años. Pero además, lo ajustado de la votación ha provocado una profunda fractura en la sociedad británica, que incluso podría llevar a un cuestionamiento del propio referéndum.

Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista del Reino Unido.
Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista del Reino Unido.

Por otra parte, mientras que en la mayor parte de Gran Bretaña triunfó el No a Europa, en otros territorios como Escocia, Irlanda del Norte y Gibraltar -además de Londres- se impuso el deseo de continuar las relaciones con Bruselas. Así, algunas voces aseguran que una vez iniciada la separación de la Unión Europea, escoceses y norirlandeses podrían exigir su independencia de Reino Unido para reincorporarse a las estructuras de Bruselas. De igual modo, desde la ciudad de Londres también se ha sugerido crear visados específicos que permitieran a los empleados europeos seguir trabajando en la metrópoli sin importar las restricciones a la inmigración que pudiera adoptar el Ejecutivo de May así como mantener sus relaciones comerciales con la UE.

En realidad, la pertenencia británica a la Unión Europea llevaba siendo debatida casi desde su entrada en la misma, por lo que el referéndum del Brexit únicamente puso sobre la mesa una controversia arrastrada durante años. Falta por saber si finalmente se producirá la ya famosa desconexión, en qué términos se llevará a cabo y qué consecuencias financieras e institucionales tendrá tanto a nivel local como internacional. Pero para averiguarlo será necesario esperar unos cuantos meses más.

 

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