El silencio de los artistas

Marlon Puertas
Guayaquil, Ecuador

Me pregunto por qué esos artistas que se han ganado un nombre a punta de sacrificio, de esfuerzo, hasta conseguir ser identificados por un trabajo que, de paso, es mal pagado, se abstraen de la realidad del país. Es como si miraran siempre para el lado de sus musas y no para el rincón de los demonios. Como que si los demonios no les inspiraran nada.

Me cuestiono por qué en el Ecuador no ha salido nuestro Ricardo Darín criollo, para preguntarse y de paso preguntar a los aludidos, que cómo así les ha crecido tanto el largo de sus bolsillos, antes tan encogidos y hoy tan espaciosos, para acumular en su interior fortunas que hasta hace poco no existían sino en sus mentes frustradas y envidiosas, picadas porque su día no les llegaba, hasta que les llegó.

¿Dónde están las palabras de esa gente tan valiosa por su arte? No quiero pensar que están en silencio esperando su turno para ser beneficiarios de una política de cultura que premia a los aliados e ignora a los críticos. Y que no solo ignora. Entierra. Espero que no sea miedo, mucho menos conveniencia. Digamos que se trata de un espacio de mudez, un intermedio de reflexión, para salir por sus fueros ante una sociedad a la que le hace falta conocer lo que piensan aquellos que tanto tienen que decirnos, en tantos temas.

Espero que no les esté pasando lo mismo que a esos académicos de conocidas universidades, que salen prestos y agenciosos a defender tesis mediocres para pintarlas como auténticas lecciones de investigación. Porque quedarían muy mal, tan mal como esos profesores que salen a decir que ellos mismos le pasaron los textos como ayudita para la tesis de ese estudiante pasadito de años, que un día se olvidó que tenía que graduarse y lo recordó mucho tiempo después, cuando ya el poder le exigió ponerse el disfraz de profesional.

La educación con estos casos, sufre. Más de lo que ya padece, que es bastante. Y en vez de que las cabezas pongan un freno a la vagancia y al facilismo, los aúpan. Los maquillan, tratan de convencer a los demás de un procedimiento que no es normal, dejando, de paso, mal parados a los buenos estudiantes que se esforzaron para presentar trabajos de calidad.

Cuando la academia y el arte someten sus libres pensamientos a la conveniencia política del momento, a la sociedad se le cierran las últimas ventanas para respirar aire fresco. Entonces nos quedaremos encerrados, asfixiándonos entre todos y escuchando los estribillos de siempre, guiados por directores de escasa formación. Seremos incapaces de romper ese círculo vicioso que terminó tragándose hasta los rebeldes, aquellos que antes decían ir contra el sistema y ahora lo refuerzan con entusiasmo, pese a que sigue siendo el mismo.

Ricardo Darín era amigo de Cristina. También cantó y se tomó fotos con la presidenta de Argentina. Pero llega un momento en que ni la amistad o la simpatía alcanzan para solapar o esconder una realidad que insulta a los demás. Porque a las riquezas mal habidas hay que criticarlas, no aprovecharse de ellas. A los pillos no hay como dedicarles serenatas.

* Marlon Puertas es Editor Nacional del diario HOY. Su texto ha sido publicado originalmente en HOY.

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9 Comments

  1. Para mí, que nuestros «artistas», «intelectuales» y «demás»; esos que asisten a cafetines y tarimas para ganarse la $impatía de la gente; ésos, salvo unos pocos; de seguro que no solo pusieron al capital sobre el ser humano; sino, sobre sus escrúpulos.
    ¿En fin, qué será de la narcovalija y de «Pedrito», entre otros demonios?

  2. La mayoría de artistas «famosos» del país anda gozando de contratos con el Municipio de Quito (sucursal verde-caña), el Ministerio de Cultura, MinPatrimonio,etc… y por ende identificados y colaborando en la «revolución cultural» del régimen….

  3. Don Marlon, su pregunta está contestada en el subtítulo 107 (Lo vago en la acepción del ocioso) del libro «El doctor Infierno y sus demonios (Crónica del fracaso socialista)» de Marcelo Dotti.

  4. Don Marlon, como casi siempre anda un poco desinformado. Ya que Andres Crespo el protagonista de Pescador, ha lanzado duras críticas últimamente en contra del gobierno. Tampoco este articulista menciona cual sería para el el artista insigne que se equipare en Ecuador a quien es Darín en Argentina.
    Solo lanza un quejido de impotencia al ver que la caía de sus esperanzas, de que la prensa haga y deshaga como en antaño, tal como lo dijera Rosero en Radio Democracia: ve alejarse cada vez más la posibilidad del país que extrañan, de ese país que hubiese votado por Lasso, o por Zavala, o por Acosta, por cualquiera, menos por quien los ponga en su sitio.

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