¿Qué es la Restauración Conservadora?

Susana González
Guayaquil, Ecuador

No se puede negar que Rafael Correa es un político persistente. Lleva más de siete años tratando de dividir al país. Desde su llegada al poder, en enero del 2007, su estrategia ha consistido en polarizar, tratando sistemáticamente de posicionar en la mente de los ciudadanos, que izquierda y derecha son enemigos entre sí. Bajo su lógica maniquea, el país termina dividiéndose entre buenos y malos, donde los unos deben defenderse de los otros, generando un permanente estado de temor. El episodio más reciente es llamar a sus simpatizantes a unirse contra la ‘amenaza’ de la “Restauración Conservadora”. Así, Correa insiste en auto erigirse como una especie de ‘salvador’ para el país.

Pero, ¿qué es la “Restauración Conservadora”? Finalmente no es más que una entelequia dentro de la cual incluye a todos sus críticos; allí están no solo los partidos políticos de derecha, sino también gremios, organizaciones sociales y líderes tradicionales de la izquierda ecuatoriana. Esto quiere decir que Correa ya no lucha solamente contra la derecha, sino también contra todo aquel que lo cuestione.

La estrategia de Correa es lamentable. Durante sus casi ocho años de gobierno, ha incentivando la confrontación y la discordia entre los ecuatorianos, gobernando a través del agravio, usando sus cadenas sabatinas para desprestigiar a sus oponentes y sembrando el miedo ante amenazas ficticias.

En las últimas semanas, Correa ha intensificado su estrategia. En cada una de sus últimas alocuciones, ha llamado a unirse contra la imaginaria “Restauración Conservadora”. No es coincidencia. También en estos días ha habido evidentes muestras del creciente fracaso de su estrategia divisionista. La reunión entre prefectos y los alcaldes de las ciudades más pobladas del país, realizada en Guaranda a inicios de septiembre, es la clara señal de que grupos políticos de izquierda y derecha pueden unirse en función de los objetivos nacionales. Luego, la gran marcha del 17 de septiembre en Quito, que movilizó a distintos sectores sociales, independientemente de sus ideologías, dejó en evidencia el malestar hacia el gobierno. Ese es el verdadero temor de Correa: la unión entre los ecuatorianos.

Sacar adelante al país es objetivo de todos. Los grandes problemas del país, demandan el compromiso los ecuatorianos, sin distinción de preferencias políticas. Un personaje que pretenda gobernar a base de la división, no puede sino fracasar y llevar al país hacia el retroceso social. Por eso, si queremos construir un Ecuador distinto, capaz de superar sus grandes problemas, es imprescindible que todos los ciudadanos estemos juntos, rechazando la manipulación y la soberbia.

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* Susana González, política, exasambleísta del Partido Social Cristiano y actual concejal de Guayaquil por Madera de Guerrero.

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