¿Quién Gobierna en la Eurozona?

Martina Vera

Martina Vera
Madrid, España

América Latina contempla a la Unión Europea como un bastión de democracia,  cooperación política y fortaleza económica. A puerta cerrada, la Unión no se ve tan romántica. La saga griega aporta un nuevo enfoque de Europa: un selecto grupo lo decide todo, pero no rinde cuentas a nadie y castiga implacable. ¿Quién gobierna la Eurozona?

Déficit democrático

El tesoro de la Unión Europea, al que hace poco, varios países añoraban adherirse, maldice temprano la suerte de uno de sus beneficiarios: Grecia. El acuerdo que se propone al país heleno el 13 de julio carga las balsas con el doble de austeridad que aquella rechazada en referéndum ¿La entidad responsable de plantear tres veces la misma solución esperando que la última imponga un giro mágico? El Eurogrupo.

Dentro de una Unión, criticada por su déficit democrático aún antes de introducir una moneda única sin consultar al electorado,  el Eurogrupo decide el futuro de los contribuyentes a puerta cerrada. No existen actas de sus discusiones ni hay tratados que legalicen su actividad. A pesar de ello, castiga sin piedad. Tanto la opinión pública en Grecia como dentro del territorio de los 18 socios restantes, se dedica a reprochar la dureza de esa pena. Hace falta saber quién gobierna en la Eurozona para que esos reproches inciten una rendición de cuentas y un giro necesario.

¿Quién gobierna en la Eurozona?

En la Eurozona no gobiernan ni los ejecutivos de varios países, ni el voto popular de los 19 miembros que la componen, ni la voluntad de los acreedores tradicionalmente abucheados como el FMI.

No todos los intereses de los gobiernos socios del euro priman en la mesa de negociación. Basta con mirar las comparecencias de varios líderes para comprobar que pocos creen en la efectividad del acuerdo propuesto. Si así fuera, no pedirían la opinión de la rama legislativa de sus países, por vez primera, como es el caso de Francia y España, para salvar a su partido de la quema.

Quien menos potestad tiene sobre la Eurozona es el contribuyente del que ésta se beneficia. Así lo dictaminan la propia existencia del Eurogrupo y acontecimientos recientes. A pesar de que el 61% de los griegos rechazó el acuerdo austero de rescate propuesto, días más tarde se pone sobre la mesa un documento aún más duro.

La voluntad del FMI tampoco gobierna. Si así fuera, el Eurogrupo no haría caso omiso del informe que el organismo dirigido por Christine Lagarde publicó antes del referéndum, que alega que la deuda del país heleno es impagable y pide reestructurarla. El Fondo continúa reclamando un retraso de los vencimientos de deuda, extensión del periodo de gracia y compresión de tasas de interés en vano.

Gobiernan la incertidumbre y el partidismo

En la Eurozona sí gobierna la incertidumbre de cómo manejar un proyecto económico y político cuyo alcance infinito es en realidad, limítrofe y comprometedor. Gobierna también el miedo de partidos oficialistas en España, Portugal e Italia de que otros consigan “suavizar” las medidas que ellos impusieron a su propio. Más grave aún, los testimonios de corresponsales y una reciente entrevista de El País con el exministro griego Yanis Varufakis, revelan que también gobierna la visión caduca de Ministros de Economía como Wolfgan Shcauble, que, sin pelos en la lengua, se dice partidario de un Grexit.

¿Cuál será el límite?

¿Con tantas alertas y actores reticentes al nuevo rescate, por qué el Eurogrupo aprueba tal acuerdo? Porque al público todavía no le queda claro quién gobierna en la Eurozona y esa es una ventaja que varios quieren explotar. Valga la herida griega para ventilar la realidad de los hechos e incitar a que los europeos incidan y decidan si están o no dispuestos a aceptar que un organismo que no rinde cuentas, imponga medidas castigadoras de tan alto calibre. Esa decisión introduciría democracia en la eurozona y confianza en el euro. ¿Cuál será el límite que inspire el cambio?

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