Dólar, Petróleo y Finanzas Públicas

Guillermo Avellán Solines
Guayaquil, Ecuador

La caída en el crédito bancario y el reciente recorte de USD 800 millones anunciado por el Ministerio de Finanzas representan claras señales de debilidad en la economía ecuatoriana. La situación económica actual podría complicarse aún más debido a tres factores: la apreciación del dólar, el bajo precio del petróleo y el manejo inadecuado de las finanzas públicas. Como detallaré a continuación el gobierno deberá analizar estas variables de manera técnica en los próximos meses y no de forma ideológica, a fin de corregir los errores relacionados a su política económica.

En primer lugar, la apreciación del dólar ha encarecido nuestras exportaciones, lo cual complica al sector externo de nuestra economía. Según el índice ponderado US Dollar Index, la moneda estadounidense ha registrado una apreciación de 16.4% entre agosto del año pasado y agosto del presente año. De hecho, la cotización alcanzó recientemente su nivel más alto desde septiembre de 2003. La importancia de analizar este indicador radica en que su tendencia será al alza durante el próximo año, debido a un eminente aumento en la tasa de interés referencial por parte del banco central estadounidense también conocido como la Reserva Federal.

El aumento en la tasa de interés o tasa de fondos federales implicaría un costo mayor de endeudamiento para el gobierno ecuatoriano, pero también una apreciación del dólar. Se esperaba un incremento en esta tasa de interés de forma gradual entre septiembre y diciembre de este año; sin embargo, la Reserva Federal está considerando posponer dicho aumento para enero o marzo del próximo año, debido principalmente a la baja inflación estadounidense.

Si este incremento en la tasa de interés se posterga hasta el próximo año, el sector externo no tendría un impacto tan negativo por una apreciación del dólar. No obstante, el gobierno ecuatoriano debería asumir que el dólar regresaría a un nivel cercano al año 2002 apenas la Reserva Federal eleve su tasa referencial, lo cual representaría una apreciación de la moneda estadounidense aún más alta.

Otro factor que complica el panorama económico es la caída en el precio del petróleo, el cual difícilmente se recuperará el próximo año. La desaceleración de la economía china es una variable que sin duda impediría una fuerte recuperación del crudo. Pero también existe un componente financiero y especulativo que no permitiría un aumento en su precio.

Resulta que los operadores bursátiles iniciarán a vender sus contratos de petróleo tan pronto la tasa de interés aumente y el dólar se aprecie, con el objetivo de invertir en instrumentos de renta fija que ofrecerían un rendimiento más alto. Este reemplazo de commodities (petróleo, oro, ect.) por instrumentos de renta fija en los portafolios de inversión provocaría una caída en la demanda de crudo, y por ende impediría una recuperación en su precio.

Finalmente, el gobierno debe admitir que sus finanzas públicas no son sostenibles en el tiempo. Es inconcebible que, después una inversión pública sin precedentes en casi nueve años, recién se analice la posibilidad de alianzas público-privado. Este sistema de inversión debió ser fundamental para evitar problemas de endeudamiento en el largo plazo.

Por otro lado, el gobierno debería ser más prudente y técnico en su estimación en el precio del barril de crudo en el Presupuesto General del Estado. Para el presente año, se estimó un precio de USD 79/ barril, el cual ahora se encuentra por debajo de USD 50/ barril. Los recortes por USD 2.200 millones anunciados por el Ministerio de Finanzas han generado una caída en los depósitos bancarios, en el crédito y en la actividad económica. Estos recortes debieron ser financiados a través de inversión privada, a fin de evitar mayores presiones fiscales y volver sostenible la inversión pública en el futuro.

Dichos recortes profundizan la debilidad económica actual, cuando es recomendable una política contracíclica por parte del gobierno, la cual promueva la inversión y contrarreste la caída en la actividad económica. La economía ecuatoriana requiere de una inversión pública con visión de largo plazo, para lo cual es necesario promover contratos de estabilidad tributaria y alianzas público-privado. De lo contrario, la inversión pública adquiere una perspectiva de corto plazo, convirtiéndose en pan para hoy y hambre para mañana.

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