Vargas Llosa lamenta, en Guayaquil, que Moreno no haya derogado la ley de comunicación

El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (d) abraza al excandidato presidencial y líder de la oposición conservadora en Ecuador, Guillermo Lasso (i), durante una rueda de prensa hoy, lunes 12 de noviembre de 2018, en Guayaquil (Ecuador). Vargas Llosa advirtió hoy que "la democracia corrupta permite golpes de Estado y confusiones como la del chavismo", al referirse al caso particular de Venezuela durante una rueda de prensa en la ciudad de Guayaquil. El escritor hispano-peruano, que llegó el domingo a Ecuador para una visita largamente esperada, se refirió a la importancia de la democracia para sancionar a "políticos corruptos" a través de una justicia independiente. EFE/Marcos Pin

El Premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, ha dicho en Guayaquil que lamenta que el Presidente Lenín Moreno no haya derogado la Ley de Comunicación, a la que describió como «una vergüenza para el Ecuador».

«Lamento que el Presidente Lenín Moreno que ha hecho cosas muy positivas para el Ecuador en relación al gobierno anterior, no haya derogado esa ley de prensa que es una vergüenza para el Ecuador y para cualquier país democrático. Yo creo que el Ecuador que es una democracia, que está viviendo un régimen de legalidad y libertad, debe derogar una ley que es la negación de esa libertad», dijo Vargas Llosa.

Sobre Venezuela ha dicho que vive «una dictadura totalitaria». «Está clarísimo que el régimen está decidido a quedarse allí aunque tenga que seguir destruyendo las bases mismas de la economía venezolana. Yo creo que en América Latina no hay un caso  parecido de un país que sea destruido sistemáticamente y que se haya convertido hoy en día en un país miserable después de ser uno de los países de más alto nivel de vida en el continente, y quizás en el mundo. Yo no creo que cabe ninguna negociación entre el gobierno y la oposición. Clarísimamente, el gobierno no está dispuesto a dialogar ni a hacer ninguna concesión. Se sabe que es un gobierno actualmente muy minoritario. Hay una mayoría de venezolanos que quiere liberarse de esta pesadilla. Y creo que es la comunidad internacional la que debe presionar de manera más decidida, resuelta, para obligar al gobierno a llamar a elecciones. Que es el único sistema que puede pacíficamente producir la transformación de Venezuela», ha respondido a la pregunta de una periodista venezolana.

Vargas Llosa ha expresado también preocupación por Brasil. «El presidente Bolsonaro ha hecho unas declaraciones que muchas veces nos han parecido disparatadas, reñidas con la democracia. Ahora, no hay 55  millones de fascistas en Brasil. Yo no creo que deba interpretarse la victoria de Bolsonaro como una deriva hacia el fascismo del país más grande de América Latina. Creo que lo que ocurrió fue el terror de que volviera al poder al Partido de los Trabajadores, que fue una fuente de corrupción en el país, que produjo una indignación, un hartazgo, que sacó al PT del poder, uno de los gobiernos más corruptos de la historia del Brasil. Yo creo que el triunfo de Bolsonaro se explica en esta indignación tan grande del pueblo brasileño contra la corrupción«.

«Ahora, si Bolsonaro aplica todas las cosas que anda diciendo, desde luego que habría que manifestarse en contra. Pero hay síntomas positivos. Como que el juez Moro, que es una persona extraordinaria que encauzó la lucha contra la corrupción, arriesgando incluso su vida, esté en el Ministerio de Justicia, creo que es una cierta garantía de que lo que ha dicho Bolsonaro, que va a respetar la Constitución, pudiera realizarse».

«Tampoco hay que olvidar que el señor Guedes, Paul Guedes, que asesora a Bolsonaro en el campo económico, es un pensador liberal. Es un demócrata que cree en la libertad. Y ojalá sea capaz de llevar a cabo las reformas fundamentales para que ese país potencialmente riquísimo que es Brasil no sea solo el país del futuro sino también el país del presente».

Vargas Llosa ha dicho que se reunirá con el Presidente Lenín Moreno esta mañana. «Me alegra que el Ecuador haya cambiado su posición de ser un apoyo para el chavismo«, y tras excusarse de opinar sobre la corrupción actualmente en Ecuador, que dijo es un tema que no conoce a profundidad, subrayó que «en América Latina hay un convencimiento por la democracia. Los latinoamericanos han entendido al fin, algunos con entusiasmo y otros con resignación, que la democracia es el mejor sistema, y acaso el único capaz de traer justicia, libertad, oportunidades, prosperidad a una sociedad. Por eso tenemos ahora tantas democracias en América Latina. Cuando yo era joven lo que teníamos eran dictaduras de un lado al otro del continente. En muchos casos lo que tenemos son democracias corruptas, pero hay unos síntomas positivos porque el mismo sistema los combate. Yo creo que los latinoamericanos debemos levantar un monumento al señor Odebrecht. Es fundamental que las democracias sancionen a los políticos corruptos».

El autor de «La Fiesta del Chivo» y «La guerra del fin del mundo», ha descartado que América Latina se divida entre izquierdas y derechas. «Sino entre democracias y populismos, que son de izquierdas y de derechas, y son un tóxico para las democracias. Tenemos que enfrentarnos a ellos, desde la democracia. La democracia tiene la ventaja de que permite en su seno la coexistencia pacífica de puntos de vista muy diferentes. Vea el caso de Chile, que sufrió la dictadura siniestra del general Pinochet, que tuvo una cosa buena: una política económica inteligente y sensata que trajo grandes beneficios a la población chilena. Eso no justificó los crímenes, los asesinatos, las torturas, los horrores de Pinochet. Pero su política económica fue buena, y la democracia, los gobiernos de la concertación, la respetaron y perseveraron en ella. Y entonces Chile hoy en día es un país que prospera muy rápidamente. ¿Por qué los chilenos no huyen de Chile? ¿Por qué no hay chilenos en la marcha del hambre terrible que ha partido desde Honduras?»

Vargas Llosa ha dado una rueda de prensa sentado junto al líder de la oposición, Guillermo Lasso, y la directora del IEEP, Dora de Ampuero. «He regresado a Guayaquil nada menos que después de 50 años», ha confesado.

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