
Altibajos argentinos
Buenos Aires, Argentina
Para el próximo viernes 8 se lanzó aquí una convocatoria para una manifestación popular en contra del gobierno de Cristina Kirchner (CK).
Para el próximo viernes 8 se lanzó aquí una convocatoria para una manifestación popular en contra del gobierno de Cristina Kirchner (CK).
El “asunto Pabón”, más allá de ser un ejemplo in extremis de los mecanismos imperativos con los que funcionan Rafael Correa y su revolución (quedó más claro que nunca que las iniciales RC se adecuan más a la persona que al concepto), constituye el corolario de una sensación ambiente que se instauró en este periodo histórico: el país es el territorio de la intolerancia. Si bien es cierto que esa característica puede observarse como prevalente a través de nuestra historia sociopolítica, lo verdaderamente llamativo es el nivel y la institucionalidad que ha alcanzado en este Gobierno. El grado de intolerancia es evidente tanto en el encono con que el presidente arremete en contra de toda forma de oposición, crítica o discrepancia, sea fuera o dentro de su proyecto político, como en los mecanismos institucionales –sobre todo legales- a partir de los cuales puede aplicar su particular visión sobre lo que es correcto o no.
No sé qué pudo haber pasado ayer pues escribo dos días antes de aquella “fecha feliz”, esa fiesta de la ignominia que muchos se niegan a olvidar. O, mejor, recordémosla siempre, pero dentro de su verdadera significación: la fecha del nacimiento del más cruel tirano que debió soportar Paraguay a lo largo de su historia.
Ha sido gracias a la jurisprudencia francesa que hoy es universalmente aceptado que los médicos –como los abogados y otros profesionales– asumen lo que se llama “obligaciones de medios” cuando son contratados. Es decir, su responsabilidad civil por incumplimiento nace únicamente si queda demostrado claramente que en la prestación de sus servicios no utilizó la debida diligencia, cuidado y precaución. En cambio, en otros contratos, como por ejemplo el de la venta de mercaderías, la responsabilidad por incumplimiento del vendedor nace por el simple hecho de no entregar las cosas en lugar, tiempo y calidad pactados. A estas últimas se las conocen como “obligaciones de resultado”. Aunque esta clasificación entre obligaciones de medios y resultados ha sido criticada, lo cierto es que no ha perdido su utilidad.
Para comenzar una anécdota. El día de «Halloween» los directivos de la Librería Sur, Lima, San Isidro, tuvieron una extraña idea que resultó un éxito: hacer en vez de una noche de brujas, una de libros. Ello implicaba por supuesto romper los rígidos horarios laborales de apertura y cierre de la librería. Es decir, que «Sur» estaría atendiendo al público hasta las dos de la madrugada como mínimo. A las doce de la noche, la cola de clientes esperando para pagar atravesaba la librería. Pero eso no era sino el resultado de lo que pasaba en la librería abarrotada, llena de lectores hojeando libros, revisando tapas, preguntando por obras que no aparecían mientras en una mesa del fondo se servía a discreción pequeños vasitos de pisco o copitas de vino tinto….
¿Quién es más opositor?
¿Rodas, Ricaurte o Solines?
He ahí la duda sesuda
que algunos sabios dirimen.
El presidente Nicolás Maduro lo contó estremecido por la emoción. Hugo Chávez se les apareció a los obreros que excavaban el Metro de Caracas. Hay muchas incógnitas. Se discute si fue un fenómeno paranormal o para anormales. Su rostro se dibujó misteriosa e inesperadamente en una pared. Luego se esfumó. Fue solo una visita fugaz, pero hubo tiempo de retratar al aparecido. Le enviaron la foto a Maduro. No está claro si la mandó el mismo Chávez o si fue un detalle del proletariado. Ahí estaban los ojos vigilantes del bolivariano, acaso asombrados de que haya venezolanos que todavía trabajen en el país.
A ratos parecería que los funcionarios públicos nos creen tontos a todos los ciudadanos. Y creen especialmente tontos a los pobres. Si no, no nos «darían haciendo» tantas cosas (y dejarían que las hagamos nosotros mismos).
Como en mi anterior entrega, me seguiré refiriendo en forma fidedigna al libro “Ecuador 1960-1990: insurgencia, democracia y dictadura” de Darío Villamizar Herrera, Editorial El Conejo, 1994. En él se publican los testimonios, con lujo de detalles, de los autores de asesinatos, asaltos, secuestros, etc. de los miembros de las organizaciones subversivas que actuaron, especialmente, en la década de los 80. Les recuerdo que Villamizar, de nacionalidad colombiana, se desempeñaba como vocero político de la organización subversiva M-19 en nuestro país.
Debe ser muy frustrante para los antiyanquis que nos gobiernan, constatar en carne propia que los Estados Unidos cobran su venganza conquistando más chico/as ecuatoriano/as con la magia de sus espectáculos. Pagar a sus hijos las entradas que costaron cientos de dólares para ver a Justin Bieber, debe ser el peor castigo para sus mentes socialistas, antiimperialistas, llenas de pensamientos de equidad.
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