¿Nos falló el mundo?
Guayaquil, Ecuador
Uno de los peores defectos de los ecuatorianos, tal vez el peor en realidad, es echarle la culpa al resto de nuestros fracasos. La falta de responsabilidad por las consecuencias de nuestros actos nos mantiene hundidos en un subdesarrollo mental, porque nos paraliza en un estado de engaño permanente, pretendiendo que nos crean que nosotros somos los perfectos y que los brutos son los demás. Nuestros éxitos no se dan porque existieron errores en la ejecución del plan, sino porque nuestras ideas fueron tan brillantes, que no las entendieron. Fueron ideas adelantadas para nuestro tiempo.
