
Isla de paz
Por Vicente Albornoz
Así nos llamaban. Y es porque en realidad éramos una Isla de Paz. En las últimas décadas del siglo XX y en los primeros años de este siglo, el Ecuador, comparado con sus vecinos, era un oasis de tranquilidad. Ya no lo somos.
Era un país con menores niveles de delincuencia. No se oía de sicarios (excepto en las noticias internacionales). Había menos violencia a pesar de que se podía comprar y vender bebidas alcohólicas a cualquier hora del día y en cualquier día de la semana. La cervecita del domingo (legal en esa época) no aumentaba ni reducía los homicidios y quizás hasta mejoraba alguna amistad.