Por Bernardo Tobar Carrión
El último choque de Correa con la prensa, que ha puesto a El Universo en terapia intensiva y ha provocado hemorragia en la opinión crítica, es en medio de la tragedia para la libertad también un suceso que ha puesto algunas cosas en claro y ha desprendido, con la violencia del volcamiento, algunas caretas de rasgos democráticos, para dejar al descubierto los verdaderos rostros trasnochados del sectarismo. Está claro, por ejemplo, que el Gobierno no escuchó la alarma del 30 de septiembre ni la segunda advertencia que la mayoría ciudadana -votos negativos más nulos- hizo en la última consulta popular y que no hay intención alguna ni capacidad de rectificación de la dirección política autoritaria que acusa el Régimen. Ya no caben dudas. […]