Por Vicente Albornoz
Quito, Ecuador
Hace dos semanas escribí un artículo comparando la economía ecuatoriana con una olla de presión a la cual se le quiere enfriar poniéndole bolsitas de hielo, pero sin apagar la hornilla. La reciente decisión de limitar la importación de celulares es solo un hielito adicional para tratar de enfriar la sobrecalentada olla. Pero es un hielito muy revelador. El símil es bastante evidente: el Gobierno gasta a un ritmo mayor al que puede soportar la economía ecuatoriana. Los recursos entran al sistema, que se encuentra inundado de liquidez y, como no hay un ambiente ‘amable’ con las inversiones, una enorme proporción de esos inmensos recursos se va al consumo. De lo que se va al consumo, una gran parte se tiene que importar.
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