Opinión

Extorsión «legalizada»

Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

En diciembre pasado («Mensaje a la CFN»), a propósito de la reciente reforma legal que, en los casos de compañías que deben al Estado, permite levantar el llamado velo societario y llegar hasta el último nivel de propiedad (con la condición de que la tal «compañía» hubiese sido solo una pantalla para cometer un fraude), expliqué que ciertos recaudadores coactivos, y particularmente uno de la CFN, estaban pretendiendo leer dicha reforma como si dijese algo como «los accionistas de una compañía responden siempre por las deudas de esta», pese a que su texto solo es, en verdad, una excepción a la regla general que sigue vigente en la Ley de Compañías, de que los accionistas, por el solo hecho de serlo, no son responsables de las deudas de la compañía. Para que funcione la excepción se requiere que haya fraude.

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Opinión

Mensaje a la CFN

Por Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

Cuando a mediados de año se discutía en la Asamblea el proyecto -ahora ley- que permite, en los casos de compañías que deben al Estado, levantar el llamado velo societario y llegar «hasta el último nivel de propiedad» se puso como condición que la compañía hubiese sido «usada para defraudar». Quedó muy claro, por tanto, que se trataba de una excepción a la regla general, que sigue vigente en la Ley de Compañías, de que los accionistas, por el solo hecho de serlo, no son responsables de las deudas de la compañía. Tan claro era el asunto que, en el texto aprobado, se insistió en que el «uso para defraudar» era un caso de «abuso de la personalidad jurídica», frase que se introdujo hasta entre paréntesis, para resaltarla.

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Opinión

CFN y Pacífico

Por Eduardo Carmigniani
@ecarmigniani

Mediante decreto ejecutivo 941, del pasado 18 de noviembre, el presidente de la República dispuso que el Banco Central transfiera a la Corporación Financiera Nacional la totalidad de las acciones del Banco del Pacífico, el que pasará en consecuencia a ser de propiedad exclusiva de la CFN, a fin de -según expresa el decreto- «contar con la infraestructura que le permita dar mayor viabilidad a sus operaciones». A primera vista pudiera parecer que el cambio es solo cosmético, pues en definitiva el Pacífico seguirá en manos del Estado o, mejor dicho, del Ejecutivo; hay una diferencia sustancial, empero: el Banco Central no se dedica a otorgar créditos, la CFN sí, igual que el Pacífico. Los dos últimos realizan la misma actividad económica y el propósito del decreto es que la CFN use la red de su controlado.

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