
Pop-Lulismo en la Unasur
Miami, Estados Unidos
Finalmente fue inaugurada la sede de la Unasur en la Mitad del Mundo.
Finalmente fue inaugurada la sede de la Unasur en la Mitad del Mundo.
Pepe Mujica, presidente de Uruguay, ya es célebre en América Latina por la sencillez de su discurso humano, frontal y, sobre todo, coherente: vive en una chacra y dona el 90% de su sueldo.
Oficialmente, Salvador Sánchez Cerén, el candidato del FMLN, ganó las recientes elecciones salvadoreñas. Así lo declaró el Tribunal Supremo Electoral del país frente a las impugnaciones de ARENA. La diferencia entre los dos partidos apenas excedió de seis mil votos. Una increíble minucia cuando se sabe que votaron casi tres millones de personas.
En sus tiempos de tupamaro, aquel treintañero registrado en las fichas policiales como José Alberto Mujica Cordano, se entregó a la vida clandestina para buscar como cambiar el mundo desde las catacumbas. Participó en acciones guerrilleras espectaculares, resultó herido de seis balazos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, salía de la cárcel y lo volvían a meter, logró fugarse dos veces, y sus años en prisión vinieron a ser quince en total. La dictadura militar lo declaró rehén dentro de la cárcel, de modo que en cualquier momento podía ser ejecutado en represalia de lo que sus compañeros hicieran en la calle.
José “Pepe” Mujica y Michelle Bachelet parecieran representar un tipo de liderazgo muy sui géneris en el contexto regional. El presidente uruguayo y la electa presidenta chilena buscan consensos en lugar de polarización; quieren emprender cambios sociales profundos, pero sin romper los equilibrios que existen en una democracia; están abiertos a discutir todos los temas posibles, pero desde la premisa del diálogo inclusivo; son sencillos en el fondo y en la forma en que se conducen políticamente en sus gestiones de Gobierno, no están trastornados con acaparar poder.
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