Por Silvia Buendía
Guayaquil, Ecuador
En Occidente tenemos la visión judeocristiana de que el ser humano es el amo de la creación, quien está llamado a gozarla, usarla y usufructuarla sin límite. Pero ya no podemos vivir en este nefasto antropocentrismo que ha dado como resultado el abuso, la polución y el agotamiento de materias primas. Esta visión cosmogónica está cambiando, cada vez es más común comulgar, por ejemplo, con las filosofías orientales que nos dicen que el ser humano es parte de la naturaleza, no su dueño.
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