Caos Monumental. River Plate desciende a segunda división

La ministra de Seguridad de Argentina, Nilda Garré, ha desmentido en su cuenta de twitter que se haya producido muertes en los violentos incidentes que se produjeron en el Estadio Monumental de Buenos Aires después que el River Plate empatara con el Belgrano (1-1) y descendiera a segunda división. «Hubo 35 policías heridos, cuatro graves, pero afortunadamente ninguno con riesgo de vida y definitivamente no hubo muertes que lamentar», escribió Garré, descartando el fallecimiento de uno de los policías, según informó el portal Record.com. Más temprano, la agencia Télam, citando a fuentes policiales, había asegurado que dos de los heridos se encuentran en estado grave «con traumatismos de cráneo por impacto de proyectiles». Además, uno de los agentes heridos ha sufrido un fuerte impacto en el hombro tras caérsele encima un cartel publicitario. Varios testigos informaron también que un hombre había muerto de un ataque al corazón, en pleno estadio, minutos después del empate que mandó a River al descenso de categoría.

En el encuentro de ida, el miércoles pasado, el equipo cordobés se había impuesto por 2-0.

Mariano Pavone (m.5) abrió el marcador para el River e igualó Guillermo Farré (m.62).

El árbitro Sergio Pezzota suspendió el encuentro 30 segundos antes de que se cumplieran los 90 minutos a causa de unos incidentes provocados en los graderíos por hinchas riverplatenses.

Dentro y fuera del estadio, cientos de hinchas del River destrozaron todo lo que encontraron a su alcance. Las autoridades sanitarias de Buenos Aires, citadas por el español diario El País, informaron de que 72 personas habían resultado heridas. Unos 15 de los heridos eran policías, cuatro de ellos de gravedad.

La Policía Federal Argentina ha informado a la agencia Télam de que dos de los heridos se encuentran en estado grave «con traumatismos de cráneo por impacto de proyectiles». Además, uno de los agentes heridos ha sufrido un fuerte impacto en el hombre tras caérsele encima un cartel publicitario.

Todos los policías han sido trasladados al Hospital Churruca, mientras que el resto de los heridos han sido atendidos en el Durand, el Santojanni, el Rivadavia, el Fernández y el Pirovano, la mayoría de ellos por contusiones.

Los disturbios comenzaron después de que el River Plate empatara a uno con el Belgrano de Córdoba, consumando así su descenso. Los aficionados lanzaron objetos desde las gradas, obligando al árbitro a dar por finalizado el partido en el minuto 44 de la segunda parte.

Tras el pitido final, los hinchas comenzaron a destrozar las instalaciones del recinto deportivo, arrancando incluso las butacas de las gradas, e intentaron acceder a los banquillos. Los policías lo impidieron, aunque para ello tuvieron que enfrentarse cuerpo a cuerpo a los aficionados.

Desalojado el estadio, los disturbios se trasladaron a sus alrededores. Los hinchas saquearon algunos comercios, quemaron contenedores de basura y lanzaron piedras a los efectivos de seguridad, a lo que estos respondieron con cañones de agua.

Una vez controlada la situación, los jugadores del Belgrano de Córdoba saltaron al césped para celebrar su ascenso a primera división con los seguidores que esperaban en una pequeña tribuna el comienzo de los festejos.

En este contexto, el fiscal Gustavo Galante ha ordenado clausurar el estadio para «preservar las pruebas» de los disturbios. Al parecer, ha abierto dos causas, una por daños y lesiones en riña a particulares y otra ante la sospecha de que la dirección del River facilitó el acceso al estadio de 13.000 aficionados más de los permitidos.

River descendió de la categoría, Belgrano dio el gran golpe en El Monumental, aunque el verdadero palazo lo recibió de sus propios últimos dirigentes, que lo llevaron a ser lo que es hoy. Pasó de “Millonario” a mendigo, de club modelo y de paladar negro a una institución pobre y que sólo sigue siendo enorme por su gente. River sufrió su peor vergüenza en 110 años de historia y jugará en la B Nacional, algo impensado para el fútbol argentino y mundial. Sus hinchas son las únicas víctimas de tanto mal, comenta PlayFutbol.

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