Una Primaria Inconveniente

Por Luis Fernando Ayala

Varios políticos, líderes de opinión y editorialistas vienen expresando recientemente su anhelo de que existan elecciones primarias para elegir a un candidato único de la oposición para enfrentar a Rafael Correa en las elecciones presidenciales del 2013. Esta idea resulta muy atractiva a primera vista: nada más democrático y transparente que sean los propios votantes de oposición quienes elijan a su candidato y no un pequeño grupo de políticos quienes decidan a puerta cerrada.

Pero en este caso, la realidad es mucho más compleja. El Ecuador no tiene una cultura de elecciones primarias ni de voto voluntario. Debido a ello, lo más probable es que quienes terminen eligiendo al candidato opositor constituyan un universo muy reducido de votantes, pudiendo obtenerse resultados muy distintos a lo que la mayor parte del electorado desearía. Y dado que necesariamente se trataría de una primaria abierta a todos los ciudadanos (debido a que no existe algo así como un padrón electoral de la oposición), no es descabellado pensar que sean los simpatizantes de Alianza País, con su poderosa estructura territorial, quienes terminen influyendo en la selección del candidato de la oposición, votando por aquella persona que resulte más fácil de derrotar para el gobierno.

Otro de los graves riesgos que pudiera conllevar la realización de una primaria opositora, es que podría revivir viejas mañas de nuestra política como la compra de votos a cambio de dinero o regalos, práctica que lamentablemente no ha desaparecido en el Ecuador y que podría exacerbarse al tratarse de una elección voluntaria, donde deja de estar presente el incentivo de obtener el certificado de votación, necesario para realizar distintos trámites en nuestro país.

Uno de los argumentos que utilizan quienes abogan por la realización de primarias, es que en Venezuela, un país en una situación muy similar a la nuestra, la oposición se apresta a elegir su abanderado opositor mediante primarias. Sin embargo, la realidad de Venezuela no es igual a la nuestra, ya que ellos llevan por lo menos diez años reconstruyendo a sus partidos políticos y hoy tienen al menos cuatro partidos opositores de alcance nacional. En el caso del Ecuador, el único partido no oficialista con algo semejante a una estructura nacional es Sociedad Patriótica, lo cual le daría una ventaja excesiva a su candidato, en desmedro de candidatos de otros partidos o de independientes que quizás estarían en mejor posición para enfrentar a Correa, debido al menor nivel de rechazo que generan en el electorado.

Tampoco es exacto afirmar que la única opción que tiene la oposición es presentar un solo candidato. Por el contrario, es probable que la existencia de candidaturas de la izquierda alrededor del eje MPD-Pachacutik-Montecristi Vive y del populismo con la probable alianza entre el hermano del presidente y el PRE, terminen quitándole votos al oficialismo en la primera vuelta y permitiendo que en la segunda vuelta se establezca un claro contraste entre Alianza País y la candidatura de la centro derecha.

Es mucho lo que el Ecuador se juega en la próxima elección presidencial, como para arriesgarlo con iniciativas, como es el caso de las primarias, que aunque atractivas, no son ni necesarias ni convenientes y no dejan de ser una novelería que además de costarle varios millones de dólares al país, podría obligar a que nuevamente nos veamos enfrentados a elegir entre dos males.

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