Multiplicar talento

Por Bernardo Tobar
Quito, Ecuador

Uno de los paradigmas a romper es que la tecnología solo se importa, cuando la innovación local es incesante. Se piensa en la propiedad intelectual en términos parasitarios, apelando a las licencias obligatorias, como si solo los extranjeros fueran capaces de inventiva y los ecuatorianos, de copia. Muchos empresarios locales no son plenamente conscientes de la cantidad de invenciones que surgen día a día en sus líneas de producción, en los corredores de sus oficinas, en las cafeterías al calor de los intercambios espontáneos entre creativos. Y la sociedad en su conjunto no se percata que la respuesta puede estar en muchos proyectos modestos de innovación, a cargo de empresas pequeñas y medianas, antes que en megaproyectos con inversiones millonarias. Desatar las fuerzas creativas de emprendedores con mucha energía, puede conducir a la materialización en el corto plazo de iniciativas con alto poder dinamizador.

El Ecuador es un escenario donde todo cambia constantemente, presidentes, leyes, el clima. Nada se tiene por descontado ni permanente, y la capacidad de reinventarse cada día es casi una norma de supervivencia, un reflejo condicionado del que carecen en otras latitudes más estables. Esta tensión favorece la creatividad y con un par de toques y sacudones, veríamos las oficinas del IEPI inundadas con solicitudes de patentes originadas localmente.

Los proyectos a gran escala tardan años en concretarse y suelen enfocarse en obras de infraestructura, que no generan por sí solas empleo productivo ni crecimiento sustentable, ni tienen un impacto en el cambio de un modelo altamente dependiente de las materias primas. No cuestiono la necesidad del país de explotar racionalmente sus recursos naturales, pero no está allí la verdadera mina. El primer contrato minero que se ha firmado, que no deja de ser una buena noticia, aportará en la vida del proyecto menos de la sexta parte del valor de capitalización que alcanzó Google en los primeros 10 años de funcionamiento. Hay como llenar páginas con ejemplos similares en Norteamérica, Europa, India y, últimamente, la China, que ha empezado a liderar la generación de patentes -cuya estrategia no depende, dicho sea de paso, de que los recursos estén bajo su suelo soberano-.

Hay ciertos campos de la investigación y desarrollo que exigen infraestructuras e inversión que todavía no existe en el país, pero hay muchas áreas con potencial probado. La agroindustria, el software a medida, el desarrollo de productos para consumidores «responsables», el aprovechamiento de la biodiversidad como fuente de tecnología para la nueva generación de medicamentos biotecnológicos o de energía renovable, son solo algunos ejemplos que encuentran al Ecuador en una situación privilegiada, tanto por sus condiciones naturales, su ubicación geográfica, la riqueza ancestral, una legislación de propiedad intelectual que estimula y protege la creatividad, pero sobre todo la energía y el recurso humano que se encuentra en el entorno empresarial. Y la mejor noticia es que para desatar estas fuerzas no se necesita más que sacudirnos el paradigma del tercermundismo.

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1 Comment

  1. Tengo las siguientes inquietudes/observaciones:

    1) Basado en qué indica que «como si solo los extranjeros fueran capaces de inventiva y los ecuatorianos». Da a entender que alguien piensa así, quién o quienes son ellos? Dónde podemos escuchar o leer dicha declaración.

    2) Indica que: «No cuestiono la necesidad del país de explotar racionalmente sus recursos naturales, pero no está allí la verdadera mina.» Dónde está la verdadera mina?

    3) Compara un proyecto minero con Google? What!!! Son mercados totalmente diferentes. No hace falta ser mercadólogo para darse cuenta que no es adecuado realizar una comparación como tal.

    4) Indica que: «Hay ciertos campos de la investigación y desarrollo que exigen infraestructuras e inversión que todavía no existe en el país». Definitivamente deben existir, esperemos que con el tiempo comiencen a ser atendidos como han sido atendidos otros campos.

    5) Indica que: «Y la mejor noticia es que para desatar estas fuerzas no se necesita más que sacudirnos el paradigma del tercermundismo.». Totalmente de acuerdo, el país no sólo necesita de un presidente o de un congreso o de un sistema judicial, el país lo hacemos todos, y todos podemos y debemos contribuir positivamente a que el país avance cada día un poco más.

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