El ponche de Ozzie

Por Roberto Carmigniani Valencia
Guayaquil, Ecuador

Una de las razones por las cuales no soy partidario de régimen de Castro en Cuba (país donde crecí y al que le debo muchas lecciones) es el irrespeto a la libertad de expresión que existe en dicha isla. Allá, como es conocido, desde el Gobierno no se tolera la opinión contraria a la dictaminada por éste, reprimiéndolas de varias formas, por ejemplo: durante la visita de Benedicto XVI un ciudadano gritó en una manifestación “abajo el comunismo” e inmediatamente no solo que fue detenido sino que fue agredido por partidarios del régimen. Así se vio en cámaras de televisión.

Por el irrespeto a la libertad de expresión, y otras razones, es que la comunidad cubana de Miami tacha de dictatorial al régimen de los Castro, y a su manera, buena o mala, trata de combatirlo.

Ahora, en el mismo Miami la dirigencia del equipo de beisbol Miami Marlins sanciona a Ozzie Guillén, su entrenador, por la opinión que éste tiene acerca de Fidel Castro y que la sostuvo en una entrevista para Time.  Él sostuvo, entre otros elogios, que respeta a Fidel Castro (¿acaso no se debe respetar a todas las personas…?) por todos los atentados que ha sufrido y sin embargo sigue vivo.

La dirigencia de los Marlins, como consecuencia de la protesta del exilio cubano (válidas pues es su derecho disentir de otra opinión), sostuvo que las opiniones vertidas por Guillén son una falta de respeto a dichos exiliados, y por tanto, impuso la sanción que ellos creyeron aplicable.

Sin embargo, la sanción impuesta por los Marlins a Guillén por opinar acerca de Castro es un atentado a la libertad de expresión, ya que él solo está diciendo lo que cree acerca de un personaje público, que además en nada afecta al equipo de beisbol. Incluso, en este caso en concreto dicha opinión no atenta directamente contra el honor de ninguna persona.

A muchos no nos puede gustar lo que alguien cree u opine sobre algún tema o persona, pero en democracia uno de sus pilares es el respeto a las opiniones distintas. Así, tanto Guillén debe respetar la opinión de los exiliados, como éstos deben respetar la de Guillén. Por tanto, en este caso, como en otros que se han dado en Miami, lo que hay es falta de tolerancia hacia opiniones distintas. Ergo, existe un comportamiento exacto en Miami al que hay en Cuba respecto a la tolerancia de opiniones diversas, es decir, ninguna. Si el exilio cubano está combatiendo al régimen castrista ¿por qué ejecutan acciones similares a Castro?

Se me podrá rebatir diciendo que Castro es un asesino, un dictador, un comunista (?), y que por eso se lo reprime a Guillén, pero aquí no se discuten esas cuestiones, sino el respeto al derecho humano a opinar que tiene el entrenador.

En conclusión, hasta que no haya tolerancia seguirán ponchando a Guillén o al que venga al bate.

Hasta tanto, Ozzie ¡you´re out!

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3 Comments

  1. Es en Miami donde el exilio cubano siempre ha pretendido que son ellos los dueños de la verdad, se quejan que en cuba no se respeta la libre expresión y ellos hacen lo mismo, cuando este Sr. Guillen se expresó que admiraba a Castro, lo sacrificaron y le dieron con bate, guantes y pelotas.
    En una ocación estaba escuchando via internet una radio de Miami y abrian los microfonos para que la gente opine, y cuando habia alguien que no estaba de acuerdo con el programa, le tumbaban la comunicación y lo tildaban de comunistas.
    Es este llamado exilio, el principal violador de la libertad de expresión, y son lo s que por medio de sus pasquines protestan de la violación a libre expresión, a la libertad de prensa, lo mismo le pasa al Miami Herald cuando pública algun editorial que no les gusta, ensel acto comienzan a reventarlo por las radios y sus libelos.
    Lo que no estoy de acuerdo con este Sr. Gullen es que se haya humillado, si fuera yo el que estuviera en sus zapatos, me voy de los Marlin y les voy diciendo VIVA FIDEL CASTRO.

  2. Concuerdo con la opinion del articulista en el fondo del asunto, la libertad de expresion es y debe ser respetada como tal, tanto en China como en la conchinchina. De acuerdo a que la sancion a Guillen coarta su libertad de expresion.

    Sin embargo, se debe dejar en claro que si Guillen hubiese ejercido su libertad de expresion en Cuba, hipoteticamente en contra de los castro, YA ESTARIA TRAS LAS REJAS y quien sabe por cuanto tiempo. Lastimosamente las distancias entre la represion cubana y lo acaecido en Miami son insalvables, sin que eso signifique que los justifico.

  3. El  tema es toda una paradoja. ¿Qué debemos tolerar? ¿Cuál es el límite de la tolerancia?  Si no admitimos expresiones xenófobas, si es unánime la condena contra el nazismo y sus prédicas, ¿por qué han de ser tolerables las otras expresiones de totalitarismo? Mucha buena prensa tienen las dictaduras de izquierda, para desencanto de quienes advertimos su contumacia. 
    En el maniqueo discurso político, Castro, Stalin, Pol Pot, Ernesto Guevara, pasan por benefactores de la humanidad. Casi por monjas de la caridad. Sus delitos no sonrojan a quienes los han consagrado en el templo de la revolución.
    Si Carmigniani sale por sus fueros señalando los desvíos de unos y otros, deja sueltos los atropellos al cubano común. El castrismo no es condenable sólo por las limitaciones a la libertad de expresión.    

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