Bullyng

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

Es el otro nombre de la ley del más fuerte o del acoso escolar. Se puede ejercer en todas las fases del desarrollo de la vida pero una de las más notorias actualmente y más preocupantes es precisamente en la niñez y en la adolescencia. «

Bullyng es la violencia verbal y física que niños y adolescentes ejercen impunemente sobre sus compañeros o compañeras con consecuencias siempre dramáticas y con un alto costo para las víctimas, síquico por lo menos si es que no llega a costar vidas humanas, frente a la complacencia de las autoridades de los colegios que no quieren ver lo que pasa o peor aún lo excusan simplistamente como «cosas de muchachos» mientras esbozan una sonrisa comprensiva.

Un número creciente de niños o de niñas que tienen que ser cambiados de colegios, muchas veces con lesiones físicas pero sobre todo golpeados en su autoestima y su valoración personal. La excusa para hacer bullyng puede ser por cualquier cosa: desde la chica que sacó excelentes notas pero no cayó bien a sus compañeras que la empezaron a aislar y a denigrarla hasta el extremo de ponerla en Facebook. O al chico que no le gusta el fútbol y es acosado y golpeado por sus compañeros hasta suicidarse para no regresar al colegio. Hay casos llenarse de ira y de lágrimas. Fernanda Sandez enumera algunos de estos en su reportaje para Enfoques, suplemento de La Nación de Buenos Aires del domingo pasado. Pero en realidad nunca hay un por qué del acoso, si es gordo, si es flaco, si le gusta estudiar, si habla de una manera, si tiene algo como si no lo tiene.

El Centro de Investigaciones del Desarrollo Siconeurológico, CIDEP, de Buenos Aires, señala los síntomas del bullyng o acoso escolar en los niños o niñas que son lamentablemente decidores: negativa a asistir a clases, golpes y moretones, tristeza, pérdida de objetos o del dinero que le dieron para ir a clase, decaimiento, pesadillas, ansiedad, nerviosismo, síndrome del domingo en la tarde, cefaleas, dolores intestinales. Por supuesto parte de la sordidez y de la perversidad del bullyng es el silencio de los inocentes. Es una epidemia silenciosa como dice Sandez. Los agredidos no pueden decir nada a los adultos, profesores, autoridades o padres, porque la retaliación grupal será más fuerte y porque además no hay seguridad de que su palabra sea creída. Los padres de los niños que hacen bullyng son tan cómplices como los profesores que no hacen nada «porque eso no les toca». Generalmente los muchachos que hacen el bulling sobre sus compañeros, vienen de hogares con padres de prepotentes, de escaso sentido de solidaridad, dispuestos a cobrar su presencia en la sociedad y a demostrar su poder. Sus hijos tienen que arrollar a toda costa e imponer lo que Axel Honneth llama «la sociedad del desprecio»

Las estadísticas de casos de bulling, señala Sandez, van en aumento. También los modos de ejercer el acoso. ¿Por qué no mirar de frente este mal que azota a niños y jóvenes, en un momento crucial de sus vidas, investigándolo y denunciándolo? Una sociedad liberal no puede tolerar el desprecio ni la violencia de ninguna manera.

Más relacionadas

3 Comments

  1. El acoso al que nos somete el mashi todos los sábados y todos los días a través de todos los medios de comunicación, mediante publicidad, propaganda, presiones mediáticas oficiales, cadenas de radio y televisión, etc., es BULLYING ?? 
    Porque estamos sometidos (los que no somos sus vasallos) a violencia verbal y psicológica que afecta nuestro «buen vivir»…

Los comentarios están cerrados.